Hablemos de los miedos
El día de hoy toca hablar de algo que, posiblemente, no le damos la importancia necesaria, pero que, sin duda, es un factor importantísimo para el bienestar emocional de nuestros pequeños.
Existen niños que por su naturaleza son más “miedosos” que otros, y ante estímulos nuevos su reacción es distinta, desde retraerse hasta ir hacia lo desconocido. Estos miedos van cambiando con la edad, en los primeros meses y años se le tiene miedo a movimientos o sonidos bruscos, con el paso del tiempo le temen a lo desconocido, la soledad o la oscuridad, monstruos o fantasmas.
La pregunta es: ¿Qué es el miedo? Los miedos son una cuestión normal y forman parte de lo que se llama sistema de alarma del organismo. Este sistema funge como un aviso cuando creemos que hay peligro.
Muchos niños sufren de miedos, y esto es extremadamente normal. Debemos ser pacientes con ellos y preguntarles qué es lo que pasa y sienten. Sin embargo, con un poco de observación podemos darnos cuenta si nuestro hijo sufre de algún miedo "regular", por ejemplo:
- Miedo a la oscuridad
- Miedo a las tormentas
- Miedo a los animales
- Miedo a hacerse daño
- Miedo a ir al colegio
- Miedo al médico
- Miedo a nadar
- Miedo a dormir fuera de casa
- Terrores nocturnos
Si tu hijo sufre por algún miedo es muy importante transmitirle tranquilidad, seguridad, confianza, y ayudarle a superarlos con mucho cariño. Se requiere contención, es decir, protección, comprensión y respeto hacia lo que viven sienten y experimentan. Los abrazos y las palabras ayudan a que se recuperen y se tranquilicen de aquello que les causa la emoción Cuando se han calmado, es momento de mostrarles que todo esta en orden y que no hay peligro. En medida en la que enfrenten las situaciones, podremos ofrecerles herramientas que los ayuden a superar sus temores.
Es importante mencionarles que evitar el contacto con la causa del miedo no ayuda a superarlo, siempre que el miedo no sea un peligro real, se sugiere tratar de superar el miedo poco a poco con ayuda de la paciencia. ¡Eso sí! No se valen las etiquetas o frases como "cobarde", o "eres un miedoso" pues esto solo causara asustarlos aún más.
Si el miedo es muy fuerte conviene enfrentarlo en la imaginación, con cuentos o relatos que les enseñen que no hay de que temer. Te reiteramos, la mejor manera para enfrentar esos miedos son los cuentos o relatos; sin embargo, cuando el miedo es fuerte - se ha prolongado por demasiado tiempo, el niño tiende a evitar constantemente la causa, el temor está generando malestar significativo y deterioro de las áreas fundamentales de la vida del niño o existe una reacción desproporcionada con el estímulo - es momento de acudir a ayuda profesional para poder cuidar el estado emocional y físico de nuestro pequeño.
¡Recuerda! No te alíes con el miedo de tu hijo, dale las herramientas necesarias para ayudarlo a enfrentarlo sin necesidad de frustrarlo.
Desde Zapatos Al Aire,
¡Un abrazo sin miedo!
Comentarios
Publicar un comentario