La unión de todos, Atlas no puede cargar con todo este peso solo
¡Hola a todos! El día de hoy hablaremos sobre como un mensaje presentado en las películas de Hombre Araña nos invita a ser héroes en la vida real, a colaborar con los problemas sociales que nos acechan en la actualidad, a unirnos como un colectivo que mediante sus acciones pueda inspirar… Ayudar a nuestros líderes para que así juntos podamos avanzar… ¡Hoy charlaremos del apoyo que nos debemos dar los unos a los otros, esperamos lo disfruten!
Desde Zapatos al Aire,
Un abrazo.
A pesar de ser un escritor y relatar historias que a muchos les podría causar fascinación y terror…
A pesar de imaginar cuentos, personajes y universos que dan sus vidas para poder entretener al lector por completo…
Existen varios fragmentos que de mi propia leyenda no recuerdo…
Empero, hubo un suceso que me terminó definiendo, un acontecimiento que me haría saber lo que es ser bueno…
…
Ocurrió ya hace muchos ayeres, cuando era un niño al cual sólo le preocupaban sus juguetes…
Un día cualquiera acompañé a mí familia al cine para ver una película, una de las muchas que de forma anual los estudios de Hollywood publican; siendo franco, para nada estaba emocionado… Es más… La idea de comer palomitas y tomar refresco hasta el cansancio eran motivos suficientes como para dejarme encantado, mientras que… Por otro lado… El tener que ver una cinta tediosa la cual escogieron mis delegados – mamá y papá, para que quede claro… – me tenía al borde del colapso ya que, cuando ellos eran los encargados de escoger el entretenimiento que estaríamos degustando… Ellos reían… Mientras que mi hermana y yo terminábamos frustrados, descontentos del espectáculo que recién habíamos observado.
Sin embargo, sólo bastaron noventa minutos para que me quedara callado, con una emoción en el pecho que hasta ese punto de mi juventud jamás había experimentado… Sentimiento que me invitó a dejar de ser apático… Sensación que por siempre marcaría el rumbo de mis actos, el cómo me comportaría en sociedad y hacia con todas y todos mis hermanos; dicha catarsis ocurrió en una escena corta, ni un minuto duró aquella yuxtaposición de ideas, diálogos y efectos especiales que a cualquiera le dejaría seca la boca.
El filme al que me refiere es uno que estrenó Sony Pictures a principios del nuevo milenio (dos mil dos, para ser más correctos…), una dirigida por el talentoso Sam Raimi, maestro del misterio, horror y suspenso… Dicha producción a la que me refiero – una por la cual no me canso de tirarle flores, como podrán verlo… – es la del Hombre Araña, protagonizado (todavía por esos momentos) por el mismísimo Tobey Maguire a la cual, el papel de Peter Parker, le quedaba perfecto.
El hecho se suscita en el momento más tenso, cuando el Hombre Araña tiene su enfrentamiento final con aquel villano de nombre feo, el Duende Verde, ser el cual sólo quiere destruirlo para poder hacerse del control total de la ciudad que en esos momentos de él tienen miedo… En dicho momento, la vida del trepamuros – de forma literal y figurativa – cuelga de una telaraña que se está rompiendo, con una mano se aferra de ella con toda la fuerza que le dan sus huesos… Con la otra… Sostiene a una docena de niños que se ahogarán de no hacerlo…
El villano se encuentra al acecho… El Duende Verde una y otra vez lo amedrenta con golpes y patadas para que fallé y así, al fondo del precipicio – las frías aguas cercanas al puente de Brooklyn en donde la gente observa incrédula y con un nudo en la garganta – terminen los pequeños; el héroe parece estarse enfrentando a su final (la conclusión de una historia que recién había comenzado a labrar) pues justo en esos instantes, con su planeador, lo está a punto de atravesar.
No obstante…
¡¡¡SMASH!!!
Un bidón de gasolina le hizo parar…
La gente desde el puente – mediante una fuerte lluvia de basura y escombro – al Hombre Araña ayudaron sin dudar…
…
¡Ven acá bravucón tengo algo para ti!
¡Vamos a acabar contigo! ¡Deja en paz al Hombre Araña! ¡¿Molestas a un hombre que quiere salvar niños?!
¡¿No sabes que retar al Hombre Araña es retar a Nueva York?!
¡Si retas a uno estás retando a todos!
…
¡¡¡ALLÍ!!!
Fue justo allí cuando sonreí, las palabras de esos individuos a mi corazón hicieron latir…
Me resultaba difícil creer que la ciudadanía – aquel ser humano que en el día a día se desenvuelve de forma normal y sin destacar de entre el gentío de personas que respiran – se anteponía, que le plantaban cara a aquel demonio que causaba muerte y destrucción a partir de cuchillos, explosiones y ráfaga de balas asesinas… Uno al cual no hacía mucho le temían… Uno por el cual lloraban y gritaban para que les perdonara la vida.
No obstante, el shock más grande – la impresión que me dejó confundido e impresionado sin que nadie ni nada pudiera calmarme – fue ver como todo lo anterior parecía no molestarles; sin importar que a lo largo de la película se dejara en claro que la ciudadanía del trepamuros no creían… Lo veían como una amenaza, un ser al cual se le tenía que tener poco o nada de confianza… Ahora, justo en esos momentos le sostenían, le ayudaban a cargar el peso que a su espalda hacía trizas, aquella responsabilidad de velar por el mundo y por todos los habitantes que en el anidan.
En esos momentos, el mito de Atlas se fortalecía…
Ya que, si se analiza, en realidad así es como funciona la vida…
Por mucho que varios hombres y mujeres sueñen con llevar a cabo esa fantasía (ser el héroe de la película, aquel que de nada ni nadie necesita), ya puesto en práctica, el fracaso es el único ente que los recibe con vítores y palmadas llenas de alegría…
Fallar en sus cometidos es la conclusión que por siempre marcará - cual cicatriz de cirujía o de cualquier dolorosa herida – nuestras frentes y el sudor que estas filtran…
…
Pongamos otro ejemplo, uno que en práctica demuestra el problema de confiarle el todo a un sujeto… Por mucho que ella o él sea el correcto…
¿Cuántas veces no hemos oído esto, la misma promesa y discurso que se autodestruye al final del sexenio?
¡Voten por mí, les prometo que yo si les voy a cumplir!
¡NO LES VOY A FALLAR, YA VERÁN QUE DE MI MANO TODO SE VA A SOLUCIONAR! …
En la política, así como en la figura del político (ya que, desde épocas inmemoriales, se usa la misma estrategia y discurso para generar carisma, empatía y compasión en el corazón de los votantes…), es natural... El pan de cada día... Prometer que con la llegada de x o y candidato, de que, si en las elecciones se vota en favor de cierto partido o fuerza política que en esos momentos existe en el senado, todo... Como si fuera por arte de magia... Quedará solventado, ya no habrá más injusticias o casos de corrupción por los cuales la población tenga que pagar caro, más inseguridad, carencias y desabasto por el cual el pueblo termine por vivir malos tragos, atravesar momentos de penumbra y llanto que a la larga – cuando los nuevos libros de historia se vean impresos y editados – sean el recordatorio de los episodios más tristes de como unos pocos… En una probable ambición de poder o de probar que podían ser el Mesías con la capacidad de resolver todo… Se llevaron por las patas a aquellos que creyeron en la luz que desprendían sus ojos.
Sólo el creador – y no uno falso como aquel que escribe estas líneas en un intento por sonar como un todopoderoso… Un individuo omnipotente cuya intención es el de heredar un conocimiento que le pueda servir a la gente – tiene el derecho de levantar la mano y decir…
TODO SE DEBE A LO QUE SOY…
MEDIANTE MI MANO HE LABRADO EL CAMINO POR EL CUAL HAN DE ANDAR SIN TEMOR…
YO SOY LA RAZÓN... LA JUSTICIA… EL ETERNO RESPLANDOR…
CONFIEN EN MÍ… DENME SU VOTO… PERMITAN QUE YO HAGA TODO…
Todos los demás… Mortales… Nos tenemos que apoyar, recibir una ayudadita de un tercero o de un familiar, de alguien que este dispuesto a escuchar, su consejo dar… De algo que una tarea nos pueda facilitar, explicar, reducir el tiempo y energía que en primera instancia ibamos a gastar; que alguien ahora llegue a pregonar, cantar a los cielos que él y sólo él fue capaz de llevar a cabo semejante hazaña digna de admirar… Sin requerir asistencia como tal… Es motivo de sospecha, de desconfiar, creer que por miedo o vergüenza… Orgullo o arrogancia extrema, darle el crédito a quien lo merezca no está dispuesto a dar.
Una piedra en solitario la corriente de un río no podrá alterar…
Sin importar que tan grande y masiva sea esta, a lo mucho un gran salpicadero ocasionará… Pero la corriente – después de un rato – se autocorregirá…
Ante sus ojos ese sacrificio y afán como un… Recuerdo extraño… En su memoria terminará…
Si no todos ponemos de nuestra parte, nuestro granito de arena, nada se conseguirá, mucho menos nuestras vidas mejorarán… ¿De qué sirve exigir que se acabe la injusticia, corrupción e impunidad si nos pasamos los altos o ignoramos el lugar designado por donde el peatón transitará? ¿Por qué reclamar mayor seguridad y tranquilidad si al momento de cooperar para pagar el sueldo de los vigilantes de la policía vecinal – probablemente ubicados en una caseta que inspecione y tome datos de los automóviles que a nuestro fraccionamiento o lugar habitacional quieran entrar – inventamos excusas para así unos cuantos pesos ahorrar? ¿Para qué nos quejamos del sistema y nivel académico que nos dan si, en lugar de estudiar, a la escuela vamos a platicar, copiar en los exámenes e imprimir de internet el resumen de un libro que hizo alguien más?
Al vivir en sociedad, nuestro granito de grava debemos de aportar, sino de lo contrario, el castillo de arena irá a colapsar; en lo individual… ¡Está bien descansar, holgazanear! Relajarnos al punto de que nuestro cinturón podamos desabrochar… ¡Total! Lo que nos llegue a pasar únicamente a nosotros nos va a afectar, a nadie más vamos a arrastrar… Pero ya en grupo… ¿Qué acaso no se siente feo cuando un compañero se abstiene de apoyar, contribuir con su parte del proyecto a la espera de que alguien más realice lo que a él le correspondía en primer lugar?
¿No da coraje que reciba el mismo aplauso por parte de los demás, que sonría a un a sabiendas de que únicamente se colgó del esfuerzo y sudor de aquellos a los que si les preocupó llevar a buen puerto el navío que les encargó el titular?
Si queremos crecer… Hay que ayudar…
Desprendernos de la ilusión de que un solo individuo – mientras descansamos – todo lo podrá solucionar… Tentados por el pensamiento de que nos podemos salvar de cooperar…
Así no vamos a evolucionar…
Así nos encasillaremos en un ciclo interminable de exigir… Pero no aportar…
Es duro… ¡Pero por supuesto, puede que incluso de miedo! Ante los ojos de un inexperto, la montaña que se tiene enfrente – aquel nevado que exhala bocanadas de humo debido a la actividad volcánica que el coloso ha desatado – será un monstruo que espera paciente a que nos entreguemos…
Pero… Si no lo hacemos, todos nos hundiremos, la avalancha de nieve y lava no detendremos… Así que… ¡Hay que hacerlo!
¡¡¡NO ESTAMOS SOLOS, SIEMPRE SEREMOS MÁS LOS BUENOS!!! …
Puede que pensemos que nuestros intentos y esfuerzos son pequeños, puede que sintamos que nadie nota lo que estamos haciendo… Pero, una vez que se ha hecho eco, no tardará mucho para que uno o varios terceros se sumen a nuestro proyecto…
Es decir… ¿Qué no acaso, cuando escuchamos el cantar de las aves, volteamos al cielo con la esperanza de ver a los sopranos que se esconden entre las hojas y las nubes que en el viento yacen flotando?
Bien se dijo en el artículo pasado… SIEMPRE HAY ALGO, SIEMPRE SE PUEDE HACER ALGO, SIEMPRE EXISTE ALGUIEN DISPUESTO EN AYUDARNOS, EN ORIENTARNOS, SÓLO ES CUESTIÓN DE CLAMAR CON NUESTRAS ACCIONES Y ACTOS…
¡¡¡VENGADORES, UNIDOS!!! Y LES PROMETO QUE ALGUIEN SE SUMARÁ A NUESTRA INICIATIVA SIN DUDARLO…
…
Creo que ya bastante me he alargado, pero tampoco me quisiera despedir siendo tan anticlimático…
Por ello, dejaré que sea la tía May – pariente y virtual madre de Peter Parker – quien de el remate al mensaje que se ha retratado… Esto, tomando un discurso de la segunda película del arácnido…
“Henry reconoce a un héroe sólo con verlo. No hay muchos como el Hombre Araña en las calles, volando de un lado para otro salvando ancianas como yo, y Dios sabe que los Henry´s necesitan un héroe, gente valiente que se sacrifique, poniendo el ejemplo a todos. Todo el mundo ama a un héroe, se forman para verlos, aclamarlos, gritar su nombre, y con los años relatan como soportaron horas de lluvia solo para ver al que les enseñó a resistir un segundo más. Me parece que hay un héroe en todos nosotros, nos da fuerza, nos hace nobles, nos mantiene honestos, y al final nos permite morir con orgullo, aunque a veces haya que ser firmes y renunciar a aquello que más queremos, hasta a nuestros sueños"
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