Una entrada personal... Salud mental en tiempos de pandemia
Un día normal… en pandemia
Escrito por: María Regina Cecilia Navarro Hernández
Hoy me desperté para ir a la universidad como cualquier otro día, solo que esta vez no me senté frente al escritorio de mi habitación y encendí la computadora para las clases virtuales sino que me puse el cubrebocas y salí por la puerta.
Es curioso cómo la realidad se nos presenta de golpe ante esta nueva normalidad. Los primeros meses de la pandemia tuvimos que acostumbrarnos al aislamiento, a dejar de abrazarnos, comprar compulsivamente gel antibacterial y cubrebocas. Nos invadió el tedio y la angustia. Algunos temían salir de casa y otros no creían que el virus del covid-19 fuera verdadero. Escalaron las muertes y la desesperanza mezclada con el miedo.
Luego nos adaptamos a la virtualidad en el trabajo y las clases. Los padres tuvieron que convertirse en profesores y las casas en oficinas y escuelas. Aumentó el tiempo de convivencia en las familias para bien o para mal y todos nos hemos ido ajustando a lo que la pandemia va pidiendo de nosotros. Con la nueva variante del covid parece que la pandemia no tiene fin y sin embargo los alumnos regresamos a las aulas y muchas personas a sus oficinas. Hubo incluso quien nunca pudo detenerse por completo y no vivió el confinamiento.
Llevamos dos años en pandemia, un periodo que sabe a pausa pero que no se detiene por completo. ¿Por qué hago este recuento? Porque es muy extraño regresar a la vida de antes cuando las cosas ya no son iguales.
Emocionalmente hemos pasado por mucho, perdimos seres queridos, el contacto físico y una normalidad que se nos antojaba eterna. Pero ahora hemos visto cómo todo puede cambiar con la rapidez con la que cambian los colores verde a rojo en el semáforo.
Así como nuestros cuerpos pueden enfermarse también lo pueden hacer nuestras emociones es por eso que hoy queremos recordarte la importancia de la salud mental. La salud mental es el bienestar de la mente y las emociones. Cuando emocionalmente no nos sentimos bien, este malestar afecta muchos otros ámbitos de nuestras vidas y puede traer fuertes repercusiones si no es tratado.
Es por eso que si no duermes bien, tienes apatía, comes mucho o por el contrario ha disminuido tu apetito, sientes ansiedad, miedo o una profunda tristeza, puede que tu cuerpo esté tratando de comunicarte que es momento de cuidar de ti.
No dudes en buscar ayuda profesional, ya sea un psicólogo o psiquiatra, ambos son excelentes para ayudarnos a transitar por este complejo camino que es la ruta hacia la nueva normalidad. Especialmente si has tenido pérdidas, acudir al psicólogo o al psiquiatra dependiendo de tus necesidades puede ser la diferencia entre una vida gris o una vida plena.
Es momento de quitarle el tabú a las enfermedades mentales y recordar que al igual que las físicas pueden ocurrirle a cualquiera. Son igual de importantes. La depresión no atendida puede ser igual de dolorosa que una fractura expuesta o el dolor de muelas.
El primer paso para sanar es admitir que hay un problema y, pedir ayuda cuando la necesitas es el mejor regalo que te puedes hacer a ti mismo.
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