El ser humano y lo Divino
El ser humano y lo Divino
Escrito por: María Regina Cecilia Navarro Hernández
Desde el inicio de los tiempos el ser humano se ha preguntado cómo funciona el mundo y de dónde surgió. Como nos cuesta imaginar que todo se haya creado por cuenta propia buscamos respuestas y terminamos dando con un poder superior culpable de nuestra existencia.
Con base en las especulaciones los primeros habitantes del mundo desarrollaron cosmogonías es decir teorías sobre el surgimiento del mismo. La naturaleza y sus fenómenos los intrigaban y es por ello que comenzaron a hilar historias alrededor de ellos que le dieran mayor sentido a su realidad.
Al pensar que había una fuerza creadora de la cual surgió todo comenzaron a circular múltiples deidades a las cuales adorar o rezar para que ayudaran a los seres humanos a tener buenas siembras, cosechas y en general un porvenir positivo.
Fue con el surgimiento de las primeras civilizaciones que gracias a la estratificación social y la repartición del trabajo un pequeño grupo pudo dedicarse estrictamente a los mitos sobre el surgimiento del mundo y al culto a las deidades. Este grupo era la clase alta, la cual se encargaba de comprender y cultivar la relación con el o los dioses. Y así religión y poder se tomaron de la mano, pues las primeras civilizaciones fueron monarquías teocráticas es decir gobiernos con un soberano elegido por los dioses o directamente descendiente de ellos que reina y cuida de sus súbditos. El monarca era el sumo sacerdote que por su linaje debía gobernar. Esto lo podemos ver con los sumerios, los egipcios, los griegos, etc.
La filosofía también surgió de la necesidad de explicarse el mundo pero mediante causas distintas pues buscaban por encima de todo la racionalidad y establecieron métodos para desarrollar su pensamiento. Es por ello que los filósofos más antiguos también tienen sus propias cosmogonías. Algunos de ellos son Parménides, Heráclito, Empédocles, Platón, etc.
En cada región del mundo sucedieron acontecimientos diferentes y se valoraron ideales distintos. Y por ello se adoraban deidades distintas. Los dioses son para el humano una fuente de respuestas, sabiduría y consuelo pues nos explican de donde viene el mundo, cómo debemos de actuar en él y qué pasará con nosotros cuando lo abandonemos si la muerte llama a nuestra puerta.
Con el paso de los años hubo teorías que se volvieron doctrinas, es decir que adquirieron mayor aceptación que otras, se estandarizaron y se estableció una manera específica de llevarlas a cabo. Esos dogmas son los que nosotros conocemos como religiones. Algunos de ellos fueron plasmados en libros que para los creyentes son sagrados pues contienen los conocimientos y comportamientos para el seguimiento correcto de sus religiones.
Un ejemplo de ello es el Antiguo Testamento el cual es un conjunto de libros que dio origen a las religiones abrahámicas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. En él se explica el origen del mundo y la historia de la descendencia de Abraham que floreció gracias a la intervención divina.
También existen religiones que no tienen un solo dios como lo son el hinduismo y el budismo. El budismo muchas veces es considerado más un estilo de vida que una religión pero que pretende ayudar al ser humano a alcanzar la iluminación.
Finalmente, las religiones al tener papeles tan importantes en las vidas de millones de personas, también han sido causas de guerras y grandes disputas a lo largo de la historia. Es por ello que independientemente de la religión que cada quien profese, o si no se sigue religión alguna, es muy importante que todos mantengamos el respeto los unos con los otros y los corazones abiertos.
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