LA MUSICOTERAPIA: UN BENEFICIO DESCONOCIDO

 

La musicoterapia puede definirse como la aplicación científica del arte de la música y la danza con finalidad terapéutica, para prevenir, restaurar y acrecentar la salud tanto física como mental y psíquica del ser humano, a través de la acción del musicoterapeuta. (POCH, 1981). Asimismo, al determinar que la música es un medio para la propagación del arte, se alude a que no simplemente tiene un contenido intelectual sino emocional, puesto que lo que realmente cura o ayuda es la emoción que sugiere o puede sugerir de la música. 

Por lo que la finalidad de la musicoterapia es la de ayudar al ser humano de muy diversos modos (musicoterapia preventiva) y al ser humano enfermo, (musicoterapia curativa); razón por lo cual es considerada como un miembro más en un equipo terapéutico o en un equipo de Educación Especial o en el equipo psicosocial (prisiones), etc. 

Además, es importante resaltar que la musicoterapia debe ser un proceso sistemático que supondría empatía, intimidad, comunicación, influencia recíproca (entre terapeuta y paciente) y relación como rol terapéutico. (BRUSCIA, 1989). Asimismo, debe ser un procedimiento dirigido a un fin, en el que el terapeuta ayuda al cliente a acrecentar, mantener o restaurar un estado de bienestar utilizando experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan a través de ellas, como fuerzas dinámicas de cambio. 

Dando lugar a que la música no se pueda considerar como meramente un lujo o una forma de pasar el tiempo, ya que: 

1. La música actúa sobre el ser humano de un modo inmediato. Es un auténtico impacto del cual es casi imposible sustraerse. 

2. Afecta al ser humano en su totalidad: biológica, física, neurológica, psicológica social y espiritualmente. 

3. Llega a todos, porque no requiere intelectualización para ser percibida y nos afecta incluso ya antes de nacer. 

4. La música es un patrón autocurativo (ALTSHULER, 1952), del cual la Humanidad se ha servido desde siempre para ayudar a eliminar tensiones, paliar carencias afectivas y de todo tipo, ser el gran energetizante, un medio de unir a los hombres, de acercarse a la divinidad, de expresar la alegría a través de la danza, el dolor de la muerte en las marchas fúnebres, o danzas rituales, la ternura en las canciones de cuna, el amor en las canciones románticas, el coraje en las danzas guerreras, como ayuda en el trabajo, etc. 

Un claro ejemplo de la intervención de la musicoterapia como apoyo emocional es en el centro de Educación Especial «Princesa Sofía» (M.E.C.) de Madrid, entre 1978 y 1981 se realizaron programas de música funcional, con finalidad prevención (Musicoterapia Preventiva), para que se pudieran beneficiarse todos los niños del Centro, y no solo los que eran atendidos en el Aula de Musicoterapia. 

Este programa consistió en hacer escuchar música a todos los niños, tanto a la entrada como a la salida del Centro Escolar. Ello se pudo conseguir gracias a que se tenía instalado un servicio de megafonía no sólo en las aulas sino en cada espacio del Centro: pasillos y jardín. La música se escuchaba desde cinco minutos antes de salir los niños de la clase hasta que subían a los autocares atravesando el jardín. 

El orden de la música era variable y el tono general de las piezas era distinto a la entrada que a la salida. Para entrar, en el caso de los niños pequeños y especialmente a principio de curso, la música tenía un carácter más intimista, emotivo y creativo. En cambio, a la salida el tono era especialmente festivo; muchas de las canciones de la Tuna o de ambiente circense eran tarareadas incluso por todos. 

La respuesta general fue muy positiva, consiguiéndose los resultados siguientes: 

1. El período de adaptación de los más pequeños al centro se acortó espectacularmente: desaparecieron los lloros y las escenas de «trágica despedida» de mamá o del adulto que les acompañaba a la llegada. 

2. Desaparecieron casi por completo los problemas de comportamiento a la entrada y a la salida. 

3. Aportó alegría a los niños, empezando éstos sus tareas escolares con buen humor y con una excelente disposición. A la salida, el buen estado de ánimo y la alegría les predisponía a olvidar lo negativo de la jornada escolar (si es que lo hubo) invitándoles al regreso. 

Dando como conclusión que la musicoterapia fuera una alternativa confiable y con valor absoluto para la fácil ayuda a la mejora del ser humano. 

BIBLIOGRAFÍA 

1. BRUSCIA, K. E. (1989). «Definig Music Therapy». Phoenixville, Pa., Barcelona Publishers, 47. 

2. POCH, S. (1981). «Musicoterapia» En: Boletín de la Sociedad Española de Pedagogía Musical». Nº 2. Madrid, 29 y en «La música com a vehicle de salut» en «La parella avui i altres escrits». La Llar del Llibre. Barcelona, 1988, 63-103. 

3. BRUSCIA, K.E. (1987). Improvisational Models of Music Therapy. Springfield, Ma. Thomas. 5. 

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