Valores tradicionales masculinos, ¿necesariamente masculinos?
Zapatos al aire A. C.
Autor: Talib Zamudio
México es un país con roles de género muy marcados y específicos; es decir, es un país en el que las conductas, características, acciones, valores, etc. de un hombre y de una mujer son tajantes, se espera que se cumplan de manera casi completa y, en general, se piensa que tales características no se comparten. Por ejemplo, una característica típica de un rol de género masculino en México es que el hombre debe ser “independiente”, mientras se espera que las mujeres dependan del hombre, ya sea a nivel económico, social, etc.
Actualmente hay muchos movimientos, estudios, propuestas, etc. que buscan evitar y eliminar muchas de estas características, ya que mal entendidas pueden ser dañinas para la sociedad. Piensa, por ejemplo, que una mujer no debe ser dependiente de su esposo, ya que es una adulta y como tal puede y debe ser independiente. Por otro lado, la idea de que un hombre sea fuerte muchas veces se malentiende por que sea “rudo” o incluso “grosero”.
Lo que yo te planteo aquí es analizar algunas de las características de la masculinidad “hegemónica” y ver porque no hay que eliminarlas, pero sí hay que ampliarlas, de tal forma que no sean valores meramente masculinos, sino valores a los que todos y todas podemos y debemos aspirar.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la masculinidad hegemónica, es decir, la masculinidad “modelo”, la que se acepta comúnmente como el estándar y regla, es aquella cuyos miembros son importantes, autónomos, activos, productivos, proveedores a nivel familiar y, además, tienen un amplio control sobre sus emociones (junto con otras características que también menciona la CNDH).
Ahora bien, todas estas características no tienen en sí mismas nada negativo. Si una persona es importante a nivel social, si tiene autonomía (es decir, libertad y responsabilidad de sus acciones), si es productiva (es decir, trabajadora) y provee económicamente en su casa, no hace ningún daño a nadie. Más aún, una persona con un amplio control sobre sus emociones es una persona que puede actuar de la mejor manera sin importar si está enojado o triste; que no se va a dejar guiar por la ira o la tristeza, sino por sus objetivos y lo que sabe que es mejor.
Pero, si ninguna de las características de la masculinidad hegemónica es en sí misma negativa, ¿cuál es el problema de la masculinidad hegemónica? Es que estas características son mal entendidas y, además, se piensan como exclusivas del hombre.
Una de las características de la masculinidad peor entendidas es el control sobre las propias emociones. Éste es usualmente malentendido como un no mostrar los sentimientos, no llorar cuando uno está triste, etc. cuando en realidad puede significar algo completamente distinto. Por ejemplo: no dejarse llevar por la ira, aunque sí expresar de manera respetuosa el enojo; no parar las actividades del día a día por estar triste, pero sí darse la oportunidad de expresar la tristeza y llorar en momentos en los que sintamos que es necesario.
El problema de que estas características se entiendan como exclusivas del hombre es que, entonces, las mujeres deben ser poco importantes, no autónomas (y depender o hacer depender de un hombre sus decisiones), con poca inteligencia emocional (pensar que son muy sensibles y no pueden controlarlo), que no son proveedoras ni productivas (es decir, no deben trabajar), etc.
Pero, para que entiendas a lo que quiero llegar, hazte la pregunta siguiente: de todas las características de la masculinidad hegemónica, ¿hay alguna que sea inconveniente que tenga una mujer? Más aún, ¿no son convenientes incluso para las mujeres?
Que haya mujeres autónomas, responsables, que saben manejar sus emociones, que sean productivas y trabajadoras no le hace daño a nadie. De hecho, es mejor tanto para ellas, como para los demás. Hombres y mujeres debemos ser productivos; hombres y mujeres debemos desarrollar una inteligencia emocional bien entendida; hombres y mujeres debemos ser autónomos y tomar responsabilidad sobre las decisiones que tomamos; prácticamente todas las características de la “masculinidad hegemónica”, que se consideran exclusivas de los hombres son, también, beneficiosas y positivas para las mujeres.
Muchas de las características de la masculinidad ahora son rechazadas como negativas, pero, ¿realmente lo son? Lo que me gustaría que te lleves de este pequeño blog es una cosa: piensa si el problema son ciertos valores, estándares, costumbres y características de la masculinidad, o si el problema es que se les niegue a las mujeres la oportunidad de tener esas características. ¿Es mala la fuerza o es malo que sólo los hombres deban y puedan ser fuertes?
Bibliografía:
Comisión Nacional de Derechos Humanos. (s. f.). Respeto a las Diferentes Masculinidades. https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/doc/Programas/Ninez_familia/Material/trip-respeto-dif-masculinidades.pdf
Secretaría de Relaciones Exteriores. (2016, junio). Masculinidad hegemónica vs masculinidades igualitarias. gob.mx. http://www.gob.mx/sre/articulos/masculinidad-hegemonica-vs-masculinidades-igualitarias
Comentarios
Publicar un comentario