La vejez y el abandono: no olvidar a aquellos que ya han vivido.
Zapatos al Aire A. C.
Talib Zamudio
En México existen, de manera oficial, 819 asilos, casas o residencias para gente de la tercera edad. En estas residencias los ancianos tienen techo, alimento, los cuidados necesarios para cada uno y un lugar donde dormir. Parece que los asilos son una excelente opción para vivir cuando uno ya no puede cuidarse solo, para vivir en la vejez, sobre todo cuando nuestros familiares (hijos, nietos, hermanos, etc.) no pueden cuidar de nosotros (ya sea por su trabajo, escuela o porque no saben o pueden realizar todos los cuidados que necesita una persona de la tercera edad). Sin embargo, los asilos son muchas veces un lugar en el que los ancianos no quieren estar, déjame contarte por qué.
El problema de que un anciano esté en un asilo no es que lo vayan a tratar mal, no es que no vaya a comer, sino que muchas veces estos ancianos se sienten abandonados por sus familiares. Es muy común que las familias piensen que el abuelo o la abuela estarán mejor en un asilo, tendrán atención todo el día, los cuidados que necesitan, etc. pero al tiempo la familia deja de visitar al abuelo o la abuela. Si bien es cierto que las personas que trabajan en los asilos cuidan a los ancianos, los trabajadores no pueden darle el amor y cariño de una familia a los viejitos que están en los asilos, no es su trabajo y, aunque lo hicieran, no son la familia de los ancianos. Esto es lo que se conoce como abandono de personas mayores, el hecho de que una familia deje a un anciano en un asilo y no lo visiten nunca o prácticamente nunca.
Quizá pienses que el abandono sólo lo sufren los adultos mayores que viven en asilos, pero no es así. Existe una gran cantidad de adultos mayores que viven solos en sus casas, ya que son capaces de cuidarse a sí mismos, pero que no son visitados por sus familiares, ya sean sus nietos o hijos que nunca van a verlos.
El abandono de adultos mayores genera dos problemas. El primero y más grave es que las personas abandonadas sienten el abandono y rechazo de sus familiares, se sienten tristes e incluso enojadas de que sus hijos no los vayan a ver. El segundo problema es que, al abandonar a las personas mayores, se pierden muchos de los conocimientos, historias, costumbres, etc. que conoce alguien que ha vivido 60, 70 o incluso 90 años (o más).
Yo hoy te invito a intentar recuperar todos esos conocimientos y tradiciones que la gente mayor tiene al mismo tiempo que le regalas un día o unas horas de alegría a una persona que quizá esté abandonada. No te digo que vayas necesariamente a un asilo a hablar con un señor o una señora que apenas conoces, te digo que vayas con tu abuelo o abuela si aún los tienes, con tus tíos si tienes alguno o con tu padre o madre y escuches sus historias, su conocimiento, etc. Te invito a que en el futuro no dejes a tus padres en un asilo y, si no puedes cuidarlos todo el tiempo y tienes que dejar a tus familiares en un asilo, no dejes de visitarlos, de irlos a ver cada semana, de conversar con ellos y darles un abrazo. De esta manera tú conocerás mucho más de la cultura y las tradiciones de tu familia y harás feliz a esa persona que te quiere y que quieres.
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