¿Qué es “ser masculino” y cómo nos afecta este ideal de “masculinidad”?

 

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Talib Zamudio

¿Alguna vez te has preguntado qué significa “ser un hombre” o “ser muy masculino”? En México existe una idea muy específica de lo que hace o no hace un hombre. Es muy común escuchar que “un hombre no llora” o que cuando existe un problema entre dos niños o jóvenes éstos deben arreglarlo como “hombrecitos”: a golpes.

En 2017 se llevó a cabo el estudio La caja de la masculinidad: un estudio sobre lo que significa ser hombre joven en Estados Unidos, el Reino Unido y México. En este estudio los autores Brian Heilman, Gary Barker y Alexander Harrison mencionan 7 características que se relacionan más con lo que significa “ser un hombre” es decir, 7 cosas que se espera que un hombre haga o tenga. De estas 7 te nombraré únicamente 3: un hombre debe ser fuerte, el hombre es “hipersexual” y el hombre tiene un rol rígido dentro de la familia.

¿Qué significa que un hombre deba ser fuerte? Bueno, esto tiene dos aspectos. Por un lado, un hombre, supuestamente, debe de mantener una reputación, una imagen ante los demás y debe defenderla, si es necesario, mediante la violencia física. Por otro lado, el hombre debe ser fuerte emocionalmente, es decir, no mostrar que es vulnerable o demostrar emociones que lo hagan “débil”.

¿Qué significa la hipersexualidad? Quizá aún eres muy chico y no has comenzado o apenas iniciaras tu vida sexual, pero debes saber esto. Socialmente se piensa que un hombre debe ser muy activo sexualmente, que siempre debe estar dispuesto a tener relaciones sexuales y que constantemente está en busca de nuevas conquistas.

Por último, ¿cuál es el rol rígido del hombre en la familia? Este es el papel que un hombre juega dentro de las labores del hogar y respecto del cuidado de los hijos. Usualmente se piensa que un hombre debe ser quien trabaja y lleva dinero a la casa mientras la mujer debe dedicarse a cuidar a sus hijos.

Pero ¿realmente un hombre debe de hacer todo esto?, ¿cómo afectan nos afectas estos estereotipos a nosotros y a aquellos que nos rodean? Analicemos uno por uno de los puntos mencionados para saber qué tan convenientes o dañinos son.

Primero: un hombre debe ser fuerte, es decir, debe defender su reputación con violencia (si es necesario) y no debe mostrar emociones que lo hagan “vulnerable” o “débil”. Piensa en cómo puede afectarte el defenderte siempre con violencia. Si te acostumbras a defenderte con violencia o resolver tus problemas así, es probable que te vuelvas una persona violenta en más ámbitos de tu vida. Al repetir una acción tantas veces, cada vez te va a ser más fácil volverla a hacer porque vas a pensar que es la manera más sencilla de resolver las cosas, al fin y al cabo te ha servido muchas veces.

Pero ¿no resolver los problemas con violencia o defenderte mediante los golpes puede ponerte en riesgo a ti y a tus seres queridos? Por ejemplo, un pleito en la calle. Si vas tú y un amigo tuyo caminando por la calle y alguien los ofende y tú reaccionas violentamente, ¿puedes estar seguro de que la otra persona no hará lo mismo?, ¿cómo sabes que él no te hará más daño a ti y a tu amigo? Imagina que algo así te sucede en la escuela, ¿estarías dispuesto a poner tu salud y bienestar en riesgo siempre que tengas que defender tu “reputación”? parece que una respuesta más sensata es ir con las autoridades o tratar de dialogar siempre que puedas evitar la violencia, aunque estas soluciones se piensen muchas veces como “poco masculinas”. Ahora piensa cómo, si te acostumbras a la violencia, puedes llevar esa violencia a otros ámbitos de tu vida: de la escuela a tu casa, con tus amigos, etc. dañando así a tus seres queridos.

Ahora analicemos la idea de que un hombre de verdad es fuerte y, por lo tanto, no puede ser vulnerable, no puede “mostrar sus sentimientos”. ¿Alguna vez te has sentido triste, enojado o decepcionado y quieres desahogarte con alguien pero te da miedo que te juzgue?, ¿alguna vez has querido llorar y te has aguantado porque te da miedo que los otros te vean llorar o porque eso es de gente “débil”? Reprimir los sentimientos no resuelve el malestar, no llorar no nos hace dejar de estar tristes. De hecho, no expresar los sentimientos de malestar puede hacernos sentir peor, ya que si creemos que nadie nos va a escuchar nos sentiremos solos y, en consecuencia, más tristes, más enojados, etc. Es importante expresar nuestros sentimientos y aprender a hacerlo de manera sana, sin violencia y sin reprimirlos, para no dañarnos ni dañar a los demás.

En cuanto a la hipersexualidad masculina hay mucho que decir, pero yo me limitaré a una cosa. La creencia de que el hombre siempre debe estar dispuesto a tener relaciones sexuales daña mucho a los propios hombres. Tú, que ya estás o en el futuro estarás en una etapa de tu vida en la que tengas una vida sexual activa, no tienes que estar siempre dispuesto a tener relaciones sexuales, puedes no querer tenerlas y no necesitas una razón o justificación. Piensa en lo dañino que puede ser mantener relaciones sexuales aunque no lo quieras sólo porque crees que debes comportarte como “hombre”, es una idea absurda.

Por último, hablemos del rol rígido del padre en la familia. Usualmente se piensa que es el padre quien debe ser un proveedor económico y la madre debe educar a los hijos. Pero, ¿no es también responsabilidad del padre educar a sus hijos? Muchas veces los padres que son proveedores económicos sólo pueden ser eso y, entonces, son padres ausentes. Los hijos, aunque saben que su padre trabaja mucho, desearían poder pasar más tiempo con él. En este caso quien se ve más afectado por el estereotipo es la familia y, sobre todo, los hijos.

Es importante que sepas que muchas veces es muy difícil salir de estos estereotipos de masculinidad. Por ejemplo: la idea del padre como proveedor económico. Es muy probable que ese hombre quiera pasar más tiempo en casa y con sus hijos, pero su situación económica o trabajo no se lo permiten. Evitar los estereotipos de la masculinidad es más difícil que simplemente querer hacerlo, pero para evitarlos hay que intentarlo.

En el estudio que te mencioné antes se concluyó que los hombres que reproducen estos 7 estereotipos (aunque yo sólo te mencioné 3) son más propensos a tener depresión, abandonar sus amistades, caer en vicios como el alcoholismo, ser violentos o víctimas de violencia y considerar acabar con sus vidas. La presión que ejercen estos estereotipos es enorme, porque no nos permite ser nosotros mismos. Cada una de las características tiene efectos negativos por sí misma, pero también el conjunto de las características causa malestares enormes a nivel emocional y físico.

Tú que estás leyendo esto intenta reflexionar sobre cómo estos estereotipos te afectan a ti, a tus amigos, a tu familia, etc. y busca maneras de evitarlos y cambiarlos. Estás creciendo y es importante que pienses cómo vas a definirte como hombre y que pienses si es más importante cumplir con un estereotipo de “masculinidad” o tu salud mental y física, y el bienestar de seres queridos.

Bibliografía:

Heilman, B., Barker, G. y Harrison, A. (2017). La caja de la masculinidad: un estudio sobre lo que significa ser hombre joven en Estados Unidos, el Reino Unido y México. Washington DC y Londres: Promundo-US y Unilever.


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