¿Cómo empezar un huerto en casa?
por Rebeca Herrera
¿Alguna vez te ha dado curiosidad cómo sería tener hierbas de olor, frutas y verduras saludables sin tener que salir de casa? ¿En este blog te enseñamos cómo lograrlo!
1- Primeramente, necesitarás un espacio designado para colocar tu huerto. Este debe ser un espacio que no utilices recurrentemente, y que reciba ventilación, además de luz o sol -según sean las necesidades de tu planta-. Si no cuentas con una gran cantidad de espacio disponible recuerda que siempre puedes utilizar macetas y colgarlas en las paredes, sólo asegúrate que sean lo suficientemente profundas, y que tengan drenaje.
2- Deberás conseguir los materiales esenciales: tierra, y semillas. Asegúrate que sean de calidad. Puedes conseguirlas en mercados, viveros, o supermercados. El resto de herramientas como palas, guantes, tijeras, regaderas, abonos, fertilizantes, insecticidas, pueden tener su utilidad pero no son indispensables.
3- Prepara el espacio sobre el cual vas a plantar las semillas. Hazlo colocando una cama de tierra semi-uniforme sobre el espacio designado para tu huerto. Distribúyelo suavemente con tus manos y asegúrate de no ejercer mucha presión sobre ella.
4- Investiga cuál es la profundidad y espaciado ideal para plantar tus semillas, de acuerdo a la especie a la que pertenece. Esto normalmente tiene que ver con el tamaño de sus raíces y el tiempo que tarda en germinar. Para algunas plantas, también es útil investigar la mejor época del año para plantarlas. Todo ello lo puedes realizar en internet.
5- Coloca tus semillas con cuidado sobre la cama de tierra, aproximando la profundidad a la que deben ir, y la distancia entre ellas. Rocía un poco de tierra encima para cubrirlas.
6- Riega un poco encima para que las semillas se mantengan húmedas, pero no mojadas.
7- Anota en algún lugar importante la fecha y el número de semillas plantadas. Si eres muy olvidadizo, este es tu momento para utilizar herramientas para recordarte cuándo debes regresar a regar tus plantas.
8- Ten paciencia, y revisa tu huerto de vez en cuando para asegurarte de que no haya insectos comiéndose tus gérmenes, y que la tierra no esté demasiado mojada, o el sol demasiado fuerte.
9- Teniendo claro cuándo es el punto correcto de cosecha, corta o retira tus frutas, hierbas de olor, o verduras. Lávalas y… ¡listo! Están listas para ser consumidas.
Recuerda: No debes temer equivocarte. Convertirte en una gran manita verde requerirá de práctica y observación, pero cualquiera puede alcanzarlo.
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