El Rey León y el Altruismo: Aquellos que están dispuestos a enseñarnos el camino.
¡Hola a todos!
El día de hoy compartimos con nuestros lectores una entrada, donde mostramos como películas como la del Rey León tienen un mensaje escondido demasiado valioso como para pasar por alto: el Altruismo.
Esperamos la disfrutes!
Desde Zapatos al Aire,
Un abrazo.
Tenía que ser una broma, simplemente se rehusaba a creer que habían recorrido medio mundo para pisar ceniza y madera rota…
- Emmm… ¿Dices qué vamos a pelear con tú tío, por esto? – Cuestionó… Más que para reafirmar la situación o el futuro plan de acción, lo hizo para comprobar que no le estaba tomando el pelo aquel que de la noche a la mañana cambió.
- Sí Timón… Este es mi hogar… – Fue lo único que respondió mientras que su pequeño amigo una risita nerviosa soltó.
- ¿Es espantoso o no? – La leona preguntó, aquella joven que intentó (y falló) comérselos en cuanto los vio.
El de melena grana tan sólo observó…
Sus ojos de la Roca del Rey en ningún momento despegó…
- No quería creerte… – En su semblante había dolor, a través de su voz se podía percibir una tristeza penetrante que hasta al mismísimo Timón afectó.
- ¿Por qué regresaste? – Fue ahora el cerdo (aquel jabalí bermejo) quien solicitaba entender el motivo por el cual había decidido abandonar las comodidades de la jungla en la que comían, dormían y bebían como reyes perfectos.
El vello de su espalda seguía erguido…
Si fuera por el suricato aún seguirían los tres reposando en el paraíso, esa burbuja mágica que les permitía cantar canciones las cuales se burlaban del destino…
- Porque… Pumba… Me di cuenta que huir de los problemas no resolvería nada… – Realizó una pausa, el gélido viento a su melena agitaba. – … Tal vez no cambie el pasado… Pero puedo hacer algo por esto… –
- Lo haremos juntos… – Su amiga le siguió, llegó hasta donde momentos antes (y en solitario) él habló.
- Será peligroso… –
- ¿Peligroso? – Refutó, parecía una niña chiquita del cual un reto se burló. – ¡Ja! ¡Yo me río del peligro! – Y con esto un ataque de risa empezó… Hecho que al pobre de Timón no le gustó… - No le veo lo gracioso a esto. – Con firmeza sentenció.
El silenció se formó…
- ¿Timón? – Simba preguntó, expectante de lo que su padre adoptivo quiso dejar ver con menuda declaración.
Suspiró, sentía la mirada de ambos leones y de su fiel panzón…
- Ammm… Sólo… Digo que tu hogar necesita muchos arreglos… – Un último vistazo a la estructura de piedra le dio. – … Bueno Simba, si esto es importante para ti… Estaremos contigo siempre. –
El legítimo reino no habló, tan sólo sonrió…
Esta historia es poderosa, puede que el orden de los diálogos haga ver a la escena como aparatosa, pero… A final de cuentas, en el multiverso de realidades e infinitas posibilidades, en realidad no importa… Lo esencial… Trascendental… Aquello que sí tendría que importar es que el mensaje se mantenga tal cual, que la enseñanza de esta tragedia griega no se pierda entre tanto gruñir y graznar.
Simba… Hijo de Mufasa… Legitimo heredero al trono de la sabana, por fin decidió dejar a un lado el tan aclamado Hakuna Matata, un pensamiento que, aunque positivo y alegre – seguir sonriendo a pesar de los conflictos que encaren a la gente – nos exige asumir una actitud indiferente… Una que, como se expresó en el anterior canto, nos lleva… Seduce… Convence a ignorar lo que yace de frente.
No obstante, líderes como este… Un joven felino que durante mucho tiempo – y debido al miedo – le huyó al destino… Inspiran a la gente… Y esto se debe a que su convicción es potente, saben que dar el primer paso (emprender vuelo para dejar aquella jaula que por mucho tiempo a los pájaros les privó de agitar bien sus brazos) siempre será y se sentirá diferente, sentimiento y emoción que hoy en día – debido a nuestro concurrido y estandarizado estilo de vida – nos limita, impiden que funcionemos cual válvulas, engranes y bujías cuya tarea es la de garantizar que el automóvil que representa nuestra sociedad no se quede a la deriva, descompuesto a la espera de que alguien de la autopista – esa en la cual los conductores no prenden sus faros ni se distraen con tópicos ajenos a los señalamientos de tránsito – nos remolque hasta el taller mecánico que primero se asome a la vista.
El altruismo nos permite ver hacia ambos lados cuando todos los demás sólo se enfocan en el camino trazado, su propio destino marcado, nos brinda el chance de tenderle la mano a todo aquel que por x o y motivo en el piso se encuentra tirado, agonizando, lagrimando de forma inconsolable al no poder creer su mala suerte o la poca empatía que los Dioses… La vida… O podría ser que la mismísima energía cósmica que al universo dota de su esencia prístina, por ellos transpiran.
Ayudar a la gente – a una comunidad que pueda requerir de atención urgente – no es un pensamiento que de repente brote en lo más profundo de la mente… Así como un fuego (uno de los elementos más importantes que existen dentro del espacio-tiempo), se requiere de una catarsis, una reacción que genere chispas las cuales provoquen un calor que por dentro nos iluminan, un
faro de luz el cual a los demás les sirva como guía.
…
¿Qué cual es este suceso que nos lleva a arder cual volcán que escupe magma y roca fundida? …
Esa… Es la pregunta correcta…
Una cuestión individual que nos afecta…
Un acontecimiento que, aunque los demás puedan llegar a empatizar – darnos el pésame o venirnos a felicitar – jamás lo podrán sentir igual…
Por mencionar un ejemplo…
…
Hace años, demasiados para recordar (o quizás avergonzado por revelar ya que de esa forma mi edad y vejez estaría por evidenciar), existió una época en la que mi madre… Una jacaranda… Cerca de la iglesia decidió plantar; la semilla fue un regalo de aquel árbol que se ubicaba en la casa de sus papás – mis abuelos – y por ende… Quizás por la alegría… Quizás por el sentimiento… A la capilla se la decidió obsequiar, la plantó en una zona verde que se encontraba justo a las afueras de la capilla a la cual solía frecuentar.
Cada martes y jueves – tras recogernos a mí y a mi hermana del colegio – la íbamos a regar, saciar esa sed que le impedía sus fuerzas acumular… Reciclar… Poder transformar en energía que, en un futuro, flores azul violáceo pudieran hacer germinar; aún arropados con el uniforme marrón el cual la institución nos obligaba a portar (y con jarra en mano), mi compañera y yo nos turnábamos, cada quien unos cuantos mililitros de agua en sus raíces depositábamos.
Recuerdo como la gente parecía ignorarnos, aparentaban estar muy ocupados dándole la vuelta a la glorieta con sus autos, o peor aún, daban a entender que pasear a sus perros – mientras ignoraban sus heces en el camino, claro… – era algo mucho más importante que la actividad que nosotros tres en solitario (aunque bien acompañados por el viento, por mencionar algo…) ejecutábamos… Y ahora, he de confesar que, aunque el contexto actual del artículo deje ver que esta actitud de terceros hacia nosotros esta mal, la realidad… La realidad dicta que yo también en su momento no entendí la importancia y gravedad que esa actividad representaba para mí mamá…
¡Total!
Es una planta más…
¿Para qué tomarnos tantas molestias por un elemento que abunda en este orbe que llamamos hogar?
¿Por qué cuando tenía la urgencia de llegar a mi casa para así de mi uniforme escolar poderme despojar?
…
Los días pasaron, las semanas volaron…
Antes de que pudiéramos darnos cuenta, las primeras hojas y ramitas habían brotado…
Y aunque el colorido todavía no había aparecido en el acto, la emoción y calor que experimenté en mi interior… Irónicamente… Me dejó helado…
Sin darme cuenta la había agarrado cariño a esa pequeña ramita a la cual le tenían envidia los árboles más altos…
…
Y después pasó, eso ocurrió…
Al siguiente martes… Cuando parecía que no ocurriría ningún percance, cuando todo apuntaba a que ese sería otro día de regar al tallo y demás plantas que se crecían cerca de la varita que comenzaba a edificarse… Al llegar a la zona verde… Desastre… Algún ser humano sin corazón había aplastado… Destrozado… Aquella promesa de ver algún día al árbol más grande se desvaneció bajo la bota de un ebrio que, por si fuera poco, dejó su botella como sepulcro para aquel que hubiera dado su vida para que los seres vivos siguieran con vida, tuvieran más oxígeno que a sus pulmones dotara de alegría.
…
Recuerdo la expresión en la cara de mi madre…
Su enojo y las blasfemias que soltó al aire…
Preguntándose el por qué alguien haría algo tan deleznable…
Cuestionando el qué ganarían tras destruir la esperanza que unos pocos habían depositado en esa semilla que a penas y comenzaba a hablarles…
…
En los cuentos de hadas al final pagan los responsables, la justicia verdadera les hace rendir cuentas por todos y cada unos de sus males… No obstante… En la realidad, la situación no permite tanta felicidad, para muchos al final del día no hay un arcoíris que de nuevo les invite a soñar; somos cientos… Miles… Millos de individuos que, así como mi señora, se han enfrentado a una horda, aquel mal o desafío que las ha orillado a abandonar su zona.
El despertar – aquella catarsis individual – los lleva a actuar… Organizar… Construir algo con la esperanza de que en un futuro a los necesitados pueda ayudar, sirva y exista para evitar que ellos sufran en carne y hueso el dolor que con esmero tratamos de dejar atrás … Estos líderes… Guías… Conjunto de individuos que atacan los problemas de la vida edifican… Sintetizan… Fundan organizaciones que sirvan como brújulas de ética, moral y justicia.
Medio Ambiente, estrategias para combatir el cambio climático…
Salud, tratamientos para los adultos y menores con problemas de cuidado… Seguridad, alternativas las cuales procuren la tranquilidad de los individuos poder recuperar…
Educación, proyectos de difusión y propagación que garanticen cultivar la mente y el conocimiento que en el anonimato quedó…
Existen muchos más que estos cuatro, las fundaciones… Organizaciones… Sociedades que atacan todos y cada uno de los rubros que le incumben a los hombres, todas con la esperanza e ilusión de poder ser aquel faro (ese del que ya hablamos), demostrarles que ese fuego que en su interior comienza a comerlos puede ser transformado… Alterado… Ser la batería, la luz que les impulse a seguir peleando, hacerle frente a las injusticias que con esmero – y después de atacarlos
– esperan a que los afectados se queden de brazos cruzados.
Las sonrisas son un gran paso…
Los líderes y asociaciones vuelven a hacer que creamos en los milagros… Ya que, en un mundo tan aislado y marginado, uno en donde están todos tan ocupados…
¿Acaso no se siente lindo que alguien nos tienda la mano, se salga del camino para que con una sonrisa se ofrezca a auxiliarnos?
Podría parecer que estas situaciones que nos llevan a ser altruistas vinieran en profecías, que, así como le ocurrió a Simba, en nuestro destino debe de estar escrito un gran plan el cual nos moldeara cual vasija de arcilla – o utensilios de cocina, artículos de cristal que con su transparencia nos dejan ver que en su interior carecen de cualquier maldad o intención negra – pero la realidad
no es así… No todo superhéroe que dedique su vida a combatir primero debe sufrir, vivir una experiencia desgarradora que, así como a Batman, lo lleven a aislarse en una cueva para compartir la brisa con todos aquellos que entienden tú sentir.
Ayudar es ayudar…
Tener el deseo de querer hacer algo por tus seres queridos no debe de ser algo celestial… Es una actitud que cualquiera puede adoptar…
Al final… El convertirnos en héroes o villanos – o peor, en un ser que le da todo igual… – es una decisión que sólo nosotros podemos tomar, una que esta fundamentada mediante todo aquello que nos importa y que nos define e identifica en la sociedad…
Las instituciones – tales como aquella por la cual escribo – son una forma que nos orientan al empezar ya que, muchas veces, se tiene el deseo de hacer algo… Pero como el mundo es vasto y amplio (repleto de asuntos, temáticos y problemas que de nosotros requieren cuidado), podemos llegar a perdernos… Y nuestro deseo de querer hacer algo verse truncado… Desmoralizado…
Asemejarse a un capricho el cual no puede aterrizarse en algo que pueda verse materializado.
Todos aquellos que forman parte de estos grandes escenarios, esos líderes que con su luz fungen como faro, han estado donde nosotros puede que ahora estemos estancados… Sentido el mismo dolor e impotencia que en el suelo nos ha dejado tirados… Perdidos en ese inmenso laberinto que con el pasar de los días merma ese anhelo de ayudar a los más necesitados, civiles que cada día reciben un disparo… Metafórico, claro… Dejándonos, en su lugar, como a un individuo con caprichos de filántropo… Pero que en el papel no es más que otro ser humano indiferente que está a la espera de que alguien más le haga los mandados.
…
Como dije… Muchos años ya han pasado desde que los sueños de aquella jacaranda se vieron pisoteados…
Y ahora, después de mucho meditarlo – después de muchos gritos y enojos que la actitud de mi madre en su momento hicieron pedazos – decidió hacer algo…
Y debido a eso, hoy en día, el panorama ha cambiado…
Frente a la iglesia se erigen muchos árboles de flores color azul rosado…
Entrada elaborada por Lucio García Cuétara, voluntario de Zapatos al Aire A.C.
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