La historia del feminismo
El feminismo por lo tanto no surgió de la noche a la mañana sino que se fue gestando, y el caldo de cultivo perfecto para él fue la Revolución Francesa. Pues fue gracias a la búsqueda de derechos de los ciudadanos que se hizo aún más notoria la desigualdad entre el género femenino y masculino.
Son precursoras conocidas, al final del siglo XVIII, Olympe de Gouges, que presenta la Declaration des droits des femmes (1789) en la asamblea constituyente durante la Revolución Francesa, y Mary Wollstonecraft, que publicó A Vindication of the Rights of Women (1792). Es el inicio del movimiento sufragista femenino que dura hasta la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y que podemos considerar el antecedente, o más bien la semilla, del movimiento feminista. (Pujal 27)
En una época en la que se exigieron los derechos de los trabajadores y ciudadanos la cual solo buscaba favorecer a los hombres era ilógico dejar al 50% de la población de lado. Fueron estas circunstancias las que hicieron que pensadoras como Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft alzaran la voz. Y así inició el movimiento. Luego la lucha siguió en EUA por parte de las sufragistas.
Pero no fue hasta 1919 cuando finalmente se extendió el voto de las mujeres a todos los estados de Estados Unidos. El Movimiento de Estados Unidos impacta en Inglaterra, donde hacia el final del siglo XIX toma más amplitud mediante mítines manifestaciones, altercados de orden público y los consiguientes encarcelamientos, y huelgas de hambre, que le dan por otro lado, más fuerza y visibilidad social. La fecha del 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, que celebramos actualmente tiene su origen en esta época. (Pujal 28)
Poco a poco en los países europeos se les fue otorgando el voto a las mujeres. También tuvieron acceso a más oportunidades laborales pero “se extendió la división sexual del trabajo al ámbito público.” (30) Es decir que las mujeres solo podían obtener puestos que se consideraran apropiados para ellas.
Con esto llegaron más críticas por parte de las escritoras feministas como Simone de Beauvoir con su libro El segundo sexo y Betty Friedan con La mística de la feminidad, que cuestionaban nuevamente el papel de la mujer en la sociedad y sus limitaciones.
Con los años la lucha, las investigaciones, los libros y las críticas siguieron perfilando el movimiento el cual ha tenido muchas caras. Si pensamos en variantes del feminismo tenemos: el marxista, el radical, el filosófico, el liberal, el científico, etc.
Gracias a este breve recuento histórico podemos notar que independientemente de si el movimiento feminista es nuevo o clásico, ha dado la vuelta al mundo porque busca resolver una problemática muy antigua: la desigualdad de género. Un buen ejercicio para mantenerlo vivo es hacer un examen interno, cuestionarnos de manera personal si discriminamos o encasillamos a las personas por su género.
Así como también podemos observar los aciertos, los derechos que esta lucha ha ganado para vivir en una sociedad más equitativa y justa. Las mujeres ya pueden votar, ir a la escuela, tener posiciones de poder en la política, ir a la luna, etc. Y todo esto gracias a nuestros antecesores que se tomaron la tarea de alzar la voz para darnos un mundo mejor. Es tiempo de que nosotros hagamos lo mismo por nosotros y por las futuras generaciones.
Desde Zapatos al Aire,
Un abrazo.
Artículo redctado por Maria Regina Cecilia Navarro Hernández, voluntaria de Zapatos al Aire A.C.
Bibliografía
Pujal i Llombart, Margot. El feminismo . Barcelona: Editorial UOC, 2016. Print.
Comentarios
Publicar un comentario