¿Por qué el lenguaje inclusivo?

El lenguaje inclusivo es una respuesta a los movimientos lgtb+ y feminista. Esto sucede porque se tiene la percepción de que el lenguaje con el que contamos hasta la fecha no representa por completo la realidad en la que vivimos. Es por ello que como su nombre lo indica, se busca desarrollar, modificar o complementar el lenguaje actual para que logre reflejar el sentir y la esencia de las personas de todos los géneros.



Al tratar de llevarlo a la práctica han habido múltiples disputas en el intento de llegar a un acuerdo sobre cómo debe ser el lenguaje inclusivo. Algunos grupos dicen que la lengua es misógina en sí misma y que por lo tanto deben ser remplazadas las vocales a y o en los sustantivos para eliminar el género en ellas y lograr que una sola palabra englobe a todos los géneros. Es por ello que a veces nos topamos con los siguientes ejemplos: todes, tod@s, todxs. 

Esos intentos generan controversia pues el lenguaje con el que hemos sido educados es arraigado y cuenta con normas muy específicas. Es por ello que la gente que no está de acuerdo con estas formas de lenguaje inclusivo acude a la Real Academia de la Lengua como figura de autoridad. 

En este artículo no trataremos de imponer una versión sobre las otras sino que les expondremos múltiples alternativas para hacer el lenguaje actual más inclusivo sin necesidad de modificarlo de manera estructural. Pues hay muchas maneras de lograr que el lenguaje con el que ya contamos sea menos sexista.

Algunas instituciones ya se han dado a la tarea de hacer manuales para fomentar la inclusión. En el ámbito internacional las Naciones Unidas han presentado una serie de recomendaciones que expondremos a continuación:

 1. Evitar expresiones discriminatorias

1.1 Emplear las formas de tratamiento adecuadas

Al dirigirnos o referirnos a alguien, conviene utilizar las formas de tratamiento (título de cortesía), el pronombre personal y los adjetivos que concuerden con su género.

¿“Sra.” o “Srta.”? Se desaconseja el uso de “Srta.” como forma de tratamiento de las mujeres y se recomienda el uso de “Sra.” en todos los casos para no explicitar el estado civil de las mujeres de forma innecesaria.

1.2 Evitar expresiones con connotaciones negativas

Algunas expresiones tienen una connotación negativa que nace de una concepción estereotipada de las características de los géneros, por lo que se recomienda evitarlas. Ejemplos: Los hombres no lloran. Actúa como una niña. Se comporta como un hombre/como una señorita. Es fuerte como un hombre.

1.3 Evitar expresiones que perpetúan estereotipos de género

Hay expresiones que perpetúan estereotipos sobre los roles socialmente asignados a los géneros, por lo que se recomienda evitarlas. Por ejemplo: Menos inclusivo: Enfermeras y médicos participaron en la huelga del sector. Más inclusivo: El personal sanitario participó en la huelga del sector.

¿Cómo saber si estamos usando expresiones discriminatorias? Podemos invertir el género: ¿cambia el sentido o el énfasis de la expresión si se invierte la designación o el término de masculino a femenino o viceversa? ¿Suena extraña la expresión? Por ejemplo: Las mujeres no tienen capacidad física para trabajar en la policía. Los hombres no necesitan licencia de paternidad.

Para más consejos sobre lenguaje inclusivo te dejamos el link de la ONU. ONU

Si hacemos conciencia podemos hacer la diferencia.

Desde Zapatos al Aire,

Un abrazo.

Artículo redactado por Maria Regina Cecilia Hernández Navarro, voluntaria de Zapatos al Aire A.C.

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