El miedo a lo extraño y el conocimiento como respuesta

 

Zapatos al Aire A. C. 

Talib Zamudio

¿Hace una semana te hablé acerca de Byung-Chul Han y su propuesta acerca de la “expulsión de lo distinto”, el “exceso de lo igual” y las “cámaras de eco”? Hoy te quiero comentar un poco más acerca de una de las consecuencias de toda esta “expulsión de lo distinto”.

Seguramente en algún momento de tu vida has tenido miedo, pero no hablo del miedo que viene de una situación peligrosa como un choque automovilístico, hablo más bien del miedo que siente uno cuando no sabe qué está pasando o dónde está, por ejemplo: el miedo que un niño le tiene a la oscuridad. ¿Por qué un niño le tiene miedo a la oscuridad? Porque no sabe lo que hay ahí, porque ahí podría haber cualquier cosa; en la oscuridad está lo desconocido, lo “extraño”.

Lo extraño para nosotros nos causa miedo porque no logramos entenderlo, porque no sabemos qué hace o qué puede hacer, cómo va a reaccionar y, sobre todo, porque no es lo “igual a nosotros”. El “exceso de lo igual” del que te hablé la semana pasada hace que sólo convivamos con los que son como nosotros, que nos acostumbremos a la comodidad de opiniones parecidas a las nuestras, costumbres semejantes a las de nuestra familia y tradiciones como las de nuestro país.

Por ejemplo: si te gusta el futbol, convivirás sólo con gente que juega futbol. Si vivimos en un “exceso de lo igual” y un día se aparece algo o alguien distinto a eso a lo que ya nos acostumbramos, es muy probable que le tengamos miedo, ya que si es distinto a nosotros va a cambiar nuestras costumbres y tradiciones y eso puede ser peligroso. Lo distinto nos causa miedo porque nos quita la comodidad de sólo convivir con lo que nos gusta y, así, no nos damos la oportunidad de descubrir cosas nuevas que nos gusten.

Quizá te preguntes cuál es el problema de tenerle miedo a lo extraño, pues no le haces daño a nadie por tener miedo. Pero piensa en cuáles son las reacciones más comunes ante el miedo: el rechazo, la agresión, la huida, etc.? Piensa ahora en las personas que son distintas a nosotros y cómo, al ser distintas, podemos temerles y por lo tanto rechazarlas, ser agresivos con ellas y alejarnos por el simple hecho de que no son como nosotros. Esto no es algo difícil de encontrar y un ejemplo común son los extranjeros, sobre todo los migrantes. ¿Qué es un extranjero sino un extraño? Un extranjero es un extraño a nuestra tierra, a nuestro país, es distinto de nosotros porque viene de otro lado. Como no es como nosotros, un extranjero puede traer nuevas costumbres, tradiciones, etc. que cambien las nuestras y esto a veces no nos gusta y, por lo tanto, lo rechazamos.

Una persona que es rechazada por una sociedad puede tener sentimientos de odio, desagrado, etc. hacia esa sociedad y, entonces, volverse una persona violenta.

Para evitar las respuestas negativas al miedo y para evitar el miedo a los que son distintos a nosotros existe una respuesta: aventurarse al conocimiento de lo extraño. Lo extraño es lo desconocido y por ser desconocido es que nos da miedo. La respuesta es simple: conocer lo extraño hace que deje de ser desconocido y, así, que no nos de miedo. Conocer a alguien distinto a nosotros, con otra cultura, tradiciones, costumbres, etc. permite ver lo que compartimos ese alguien y nosotros. Además de encontrar rasgos parecidos entre el otro y yo, conocer al desconocido me permite aprender cosas nuevas, cosas que puedo valorar, utilizar en mi día a día, respetar, etc.

Para despedirme te invito a que intentes aplicar esto en tu día a día. Si ves a alguien distinto a ti en gustos, costumbres, deporte, pasatiempos, etc. no rechaces eso distinto, acércate a esa persona para conocerla y déjate maravillar por lo que cada persona tiene que enseñarte. Recuerda que si el miedo a lo extraño genera rechazo, estar dispuesto a aprender de lo distinto a nosotros genera vínculos de unión, aprendizaje y apoyo.


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