La bicicleta: una forma de autocuidado
Zapatos al Aire A. C.
Talib Zamudio
Como quizás ya sabes, las metrópolis son grandes ciudades, tanto en territorio como en cantidad de población. Ejemplos de estas ciudades son la Ciudad de México, Buenos Aires (Argentina), Cali (Colombia), etc. El transporte de las personas en estas ciudades está, en general, dividida en dos opciones: el automóvil privado y el transporte público (metro, camión, etc.).
Las personas con más recursos económicos utilizan, comúnmente, un automóvil privado. La mayoría de los carros están hechos para llevar a 4 o 5 personas; sin embargo, en muchas ocasiones sólo los utiliza una. Por esto, la contaminación producida es mucho mayor a la necesaria y el tráfico es inevitable e insoportable. Todo esto aparte de los gastos personales que genera un automóvil como la gasolina, tenencia, taller, etc.
El transporte público tiene otros problemas, principalmente el de que se llena muchísimo. Una enorme cantidad de personas utiliza este medio de transporte diariamente. La capacidad de personas que puede transportar el metro o los camiones es insuficiente y el amontonamiento de personas se vuelve inevitable. Piensa en los problemas que esto genera en situaciones como la aún actual pandemia, generada por el Covid-19: el transporte público se vuelve un foco de infección importante por todas las personas que viajan en él.
Además de lo anterior, ambos medios de transporte comparten un defecto: tanto los automovilistas como quienes se mueven en transporte público no hacen ejercicio. Es cierto que algunas personas pueden ejercitarse en su tiempo libre; sin embargo, la mayoría de las personas pasan mucho tiempo transportándose de su casa a su trabajo (o escuela) y no les sobra el tiempo para hacer actividad física.
Como una respuesta ante los problemas antes mencionados te presento una tercera opción de transporte. Esta alternativa es útil para la ciudad, permite recorrer grandes distancias sin cansarse demasiado y ayuda a evitar en gran medida los problemas anteriores: una bicicleta.
Transportarse en bicicleta resuelve muchos de los problemas automovilísticos. A diferencia de los coches, las bicis son pensadas para y utilizadas por una persona, no se desperdicia el espacio de 3 o 4 lugares como los que sobran en el auto. En cuanto al espacio en la calle, un coche ocupa aproximadamente el espacio de 5 o 6 bicicletas en movimiento y de 12 estacionadas, de manera que, si más personas utilizaran este medio de transporte, el tráfico se reduciría mucho. Además, las bicicletas no utilizan gasolina y la contaminación que generan es mucho menor a la que producen los coches. Hablando de dinero, una bicicleta de ciudad —nueva y de calidad media— cuesta, aproximadamente, 5000 pesos, mucho menos de lo cuesta, en promedio, un automóvil.
En cuanto al problema que se llena el transporte público, las bicicletas, mucho más accesibles económicamente que un automóvil, pueden ser adquiridas por más personas. Estas personas no tendrían que usar necesariamente el transporte público, por lo que habría menos gente y las personas viajarían más cómodas y seguras.
Por último, el problema de la salud. A diferencia del transporte público o los automóviles, las bicicletas son una herramienta para hacer ejercicio. Utilizar una bici como medio de transporte hace que el ciudadano ciclista se mantenga saludable, evite problemas como el sobrepeso, la tensión arterial, la obesidad, diabetes, etc. todos problemas comunes en México. Además de que hacer ejercicio ayuda a liberar el estrés generado por la vida en la ciudad.
Todo esto no significa desechar a los autos como medio de transporte, sino normalizar y aumentar en números a la bicicleta como transporte diario. La bicicleta es una resistencia contra la enfermedad, la contaminación y los costos excesivos de la movilidad. Hoy te invito a que, cuando crezcas, utilices una bicicleta como medio de transporte siempre que te sea posible. Cuida al medio ambiente, cuida a la ciudad y cuídate a ti mismo.
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