La ignorancia como el camino hacia el aprendizaje
Zapatos al Aire A. C.
Talib Zamudio
¿Cuántas veces te ha pasado que en clase tienes una duda sobre cualquier tema y te da miedo o pena preguntarla porque crees que es una pregunta tonta o que es malo que la gente sepa que no conoces algo? Peor aún, ¿en alguna plática común y corriente con tus amigos o familia no entiendes de qué están hablando los demás y decides no preguntar por miedo a parecer “ignorante”?
Es curioso cómo, usualmente, nos es difícil reconocer nuestra ignorancia ante los demás. Piensa en todas las veces que te preguntan algo y contestas “no me acuerdo” cuando en realidad no sabes la respuesta. Ahora piensa en que es incluso más difícil reconocer nuestra ignorancia ante nosotros mismos. Creemos que somos conocedores de muchas cosas y, por lo tanto, que no tenemos nada que aprender de nadie. Hoy te contaré un poco sobre lo que los filósofos antiguos Platón y Sócrates nos dicen de la ignorancia y del conocimiento.
Platón, en su diálogo Alcibíades, habla de distintos niveles de conocimiento. De estos niveles es sencillo distinguir tres: la persona que reconoce lo que no sabe, la persona que reconoce lo que sabe y, por último, la persona que no sabe que no sabe.
Las personas que no saben que no saben y las que reconocen lo que saben están limitadas a conocer lo poco que ya conocen, no pueden aprender más. Las personas que reconocen que sí saben cosas están un nivel por encima que aquellas que no reconocen su ignorancia. De algún modo su conocimiento está limitado a aquello que conocen. Sus creencias, aunque limitadas, son correctas.
En cambio, las personas que no reconocen que ignoran ciertos conocimientos son aquellas que lo que conocen o creen conocer está mal, sus creencias son erróneas. Es común que usualmente estas personas estén muy convencidas de sus creencias, aunque tales creencias sean falsas. En ambos casos (saber que se sabe algo o no saberlo) las personas están convencidas de que ya son conocedoras de muchas cosas, de todo lo que pueden conocer y, por lo tanto, no sienten la necesidad de aprender más. Estas dos actitudes son dañinas porque nos hacen estancarnos en nuestras creencias, verdaderas o falsas.
Piensa, por ejemplo, en la medicina. Mucha gente cree que estar descalzo hace que te de fiebre, pero esto es falso. El problema es que muchas de las personas que creen que no usar zapatos puede causar fiebre no están dispuestas a reconocer que eso es falso; creen que su creencia es verdadera sí o sí. Por la misma razón, esas personas están cerradas a desaprender sus creencias falsas y a aprender información nueva y correcta. Estas son las personas que no reconocen que no saben algo.
Ahora piensa en alguien que cree que sabe hacer un guisado increíble, pero que cree que no existen más formas de hacer tal guisado. Imagina que su guisado sí es delicioso. Su creencia es correcta y lo sabe: cree que su guisado es muy rico y, de hecho, su guisado es muy rico. Sin embargo, imagina que esta persona no conoce que existen más formas de hacer guisado, ni si quiera puede imaginar que no conoce esas nuevas recetas porque no sabe que existen. Aunque sabe que sabe algo, no sabe que existen más cosas más allá de lo que él conoce.
El tercer nivel de conocimiento que propone Platón y que es ideal es aquél que reconoce que no conoce cosas. Es decir, la persona que está dispuesta a aceptar su ignorancia. ¿Por qué este es el mejor caso? Porque cuando uno reconoce que existen cosas que no se conocen es más sencillo estar dispuesto a aprender algo nuevo.
Piensa en el ejemplo del guisado. Alguien piensa que su guisado es muy rico y, efectivamente, lo es. Sin embargo, sabe que existen otras recetas que nunca ha cocinado y no sabe preparar. Esta persona tiene la posibilidad de aprender a cocinar cosas nuevas, probar nuevos y distintos sabores, sólo porque reconoce aquello que sí conoce y reconoce que existen cosas que ignora.
¿Cómo se puede pasar de no saber que se ignoran cosas a reconocer que se ignoran muchas cosas? Es decir, ¿cómo alguien que no sabe que no sabe pasa a saber que no sabe algo? La respuesta nos la da el mismo Platón: conócete a ti mismo. Aquel que comienza a autoconocerse puede reconocer los límites de aquello que conoce y, por lo tanto, buscar aprender aquello que no conoce.
¿Para qué sirve reconocer lo que sí y lo que no se conoce? Puede que te estés haciendo esta pregunta y, de hecho, es una pregunta muy válida. Como ya se dijo, reconocer lo que no se conoce nos da la oportunidad de conocer cosas nuevas. ¿Para qué conocer cosas nuevas? Piensa que si estás dispuesto a aprender de las personas puedes encontrar nuevas cosas que te gusten y apasionen, que te motiven. Pero incluso podrías aprender cosas que no te interesan mucho ahora mismo, pero que en algún momento de tu vida pueden serte de gran utilidad. Por ejemplo: cuando yo iba en la preparatoria tomé clases de educación para la salud. Dentro de estas clases nos enseñaron a dar respiración cardiopulmonar, un procedimiento que puede salvar la vida de alguien. Si yo hubiese pensado que ya sabía dar respiración cardiopulmonar por haberla visto en la televisión (es decir, si no hubiese reconocido que realmente no conocía el procedimiento), entonces no sabría realmente hacer el procedimiento y en caso de emergencia no podría llevarlo a cabo o podría hacer más mal que bien.
¿A qué quiero llegar con todo lo que te estoy diciendo, con mis ejemplos e historias? A que es mejor tener una actitud humilde en el conocimiento. Hay que reconocer que hay demasiadas cosas que no conocemos y que, por lo tanto, podemos aprender. Te invito a adoptar esta actitud en tu vida y a que estés dispuesto a aprender de las demás personas, a escuchar y a leer todo lo que puedas. Te invito a que aceptes que ignoras muchas cosas para que empieces a aprender muchas más ¿Por dónde empezar a aprender? Puedes leer los demás artículos de este blog, buscar videos de distintos temas en internet, etc. Seguro te darás cuenta de que no sólo hay cosas que creías que son falsas o cosas que sabías que existían pero que no habías pensado en aprender, sino que también encontrarás temas de los que no sabías ni su existencia y que, quizá, puedan apasionarte y ayudarte a encontrar algo que realmente te guste.
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