Estoicismo: una ética para la actualidad
Zapatos al aire A. C.
Autor: Talib Zamudio
Quizá en algún momento de tu vida haz sentido que hay un conjunto de situaciones que te están afectando y que quisieras cambiar, pero sientes que están fuera de tu control; estas situaciones te hacen sentirte muy triste, desesperado y cansado. Por otro lado, quizá en algún momento de tu vida sientes que tienes la responsabilidad de cambiar todo aquello que no te gusta en tu vida, por difícil que sea. La verdad es que entre estas dos opciones (sentirte agobiado por situaciones que no puedes controlar o creer que todo lo puedes cambiar tú y, por lo tanto, sentirte responsable y culpable) no hay porque elegir una u otra, ya que ninguna tiene la razón. Hoy te voy a presentar una tercer alternativa que es, quizá, mucho más saludable para tu salud mental y emocional y, quizá, mucho más realizable: la ética estoica.
El estoicismo es una corriente de pensamiento que nació en la antigua Grecia, presumiblemente fundada por el filósofo Zenón de Sitio. Ahora, en realidad hay muchos filósofos estoicos y es imposible explicarte a todos en un solo artículo de este blog. Es más, es muy difícil que te pueda dar una visión general del estoicismo. Lo que sí puedo hacer es mostrarte una de sus ideas clave que te puede ser útil si la aplicas a tu vida.
Los estoicos tenían la idea de que las cosas se dividían en dos: las que dependen de uno mismo y las que no dependen de uno mismo. Por las cosas que dependen de uno mismo hay que ocuparse, no preocuparse; intentar cambiarlas a mejor. Por las cosas que no dependen de uno mismo, que son la mayoría, no hay que preocuparse. Los estoicos ilustraban esto con una imagen: piensa en un perrito que está atado a un carruaje (o a un coche) que se mueve rápido. El perrito puede querer resistirse a seguir el coche, pero si se resiste el coche lo arrastrará, por lo que el perrito se raspará, golpeará, machucará, etc. y llegará al mismo lugar que el coche. Ahora bien, el perrito puede seguir el rumbo del coche gustoso (o sin gusto) y llegará al mismo lugar que si se resistiera, pero sin raspones, golpes, ni ningún tipo de dolor.
Las cosas que no podemos controlar son como el coche o carruaje; nosotros somos el perrito y las cosas que sí podemos controlar es si seguir el carruaje voluntariamente o resistirnos a él y salir golpeados.
Hay cosas en tu vida que no dependen de ti, que no puedes cambiar. Lo que sí puedes hacer es prepararte para afrontar cada vez mejor esas situaciones que no controlas. Es importante que reconozcas lo que no depende de ti, para que no te culpes por cosas que están fuera de tu poder. También es importante que si sabes que algo no depende de ti, no sufras por ello. Haz lo que está en tus manos para afrontar las tragedias y los malestares de la mejor manera, sin resistirte a ellos, sino aceptando las cosas y cambiando lo que sí puedas cambiar para sufrir lo menos posible.
Bibliografía:
Suárez, A. C. (2021). La carreta de Zenón | Stoamalaga. Stoa Málaga. https://www.stoamalaga.com/la-carreta-de-zenon/
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