Impacto de una educación creativa y autodidacta en la primera infancia para los subsecuentes niveles educativos.


Lectores, bienvenidos a un artículo más del Blog Zapatos al aire. El día de hoy les  tengo un tema breve pero muy importante para la educación de nuestros pequeños. Tenemos que saber que la forma en la que aprendemos las personas, va cambiando  con los años, conforme más capacidad de atención vamos teniendo y la forma en  la que vamos analizando y razonando diferentes cosas, nuestro aprendizaje cambia  sus rutas, pero algo que siempre perdura, es que necesitamos didáctica,  necesitamos ejecutar lo que nos dicen en teoría para poder entender en niveles más  profundos lo que se nos enseña. 

Por eso, en qué momento pensamos que los pequeños que están en la primera  infancia, que es de la edad 0 a 8 años, deben aprender mediante la memorización,  y deseamos que sean máquinas que den datos y máquinas que ejecuten tal como  se les indica. Lo único que estamos formando con este tipo de enseñanza es matar  la creatividad de nuestros pequeños, y formar personas con pensamiento grupal,  que es básicamente lo que piense el grupo, pienso yo. 

Jean – Jacques Rousseau, escribió un libro llamado “Emilio o de la educación” es  un libro magnífico en el que determina la verdadera dificultad que es ser un  educador, y él plantea que si él fuera uno de ellos, qué características pediría del 

niño, y sobre todo, que y como lo enseñaría. En este tratado filosófico que él redacta  en 1762, nos habla de múltiples cosas sobre la enseñanza, y algo que puedo  rescatar de esta lectura para el tema que hoy nos concierne es, y lo cito, "Hombres,  sed humanos, que es vuestra obligación primera; sedlo con todos los estados, con  todas las edades, con todo cuanto es propio del hombre. ¿Qué saber tendréis fuera  de la humanidad? Amad la infancia; favoreced sus juegos; sus deleites, su amable  instinto" y también “La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir;  nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras”. 

Claramente, los niños, tienen su forma de ver la vida, y a veces nos podría  sorprender como cosas que los adultos complicamos tanto, para ellos es tan  sencillo. La primera infancia se caracteriza de ser la época en donde más crecemos  y más habilidades desarrollamos y por supuesto, como es bien sabido y dicho por  múltiples pensadores, Rousseau, uno de ellos, que es donde se determina la mayor  parte de nuestra personalidad. 

Es ello, que Rousseau nos dice que la forma en la que los niños aprenden es  mediante el juego, ahora no nos confundamos y pensemos que con aventarle una  pelota al niño aprenderá lo que debe, él se refiere a un juego guiado por el educador,  y que le permita al educando formarse criterios, aprender y desarrollar todas sus 

habilidades, pero sobre todo que a partir de la experiencia directa del niño, logre  entender las enseñanzas que le da el educador, Rousseau nos dice “El hombre que  más ha vivido no es aquel que más años ha cumplido, sino aquel que más ha  experimentado la vida”. 

Lo que se necesita formar son personas que tengan la habilidad de pensar, de  razonar y sean consecuentes con sus decisiones, y el permitir que los pequeños  sean creativos, que dejen su imaginación volar y ellos guíen su propio aprendizaje,  nos servirá para posteriormente tener adolescentes capaces de entender su  entorno, juzgar el bien y el mal, hacerse cargo de sus decisiones y que sean jóvenes  que les guste aprender. Ya que la educación también debe ser un gusto y una  decisión propia para sacar lo mejor de ella. 

Ahora tú, como les permitirás a tus hijos explorar y jugar con su entorno para que  logre formarse un pensamiento único e individual, inclinado a la creatividad e  innovación, que le ayude a aprender lo mejor en sus siguientes niveles educativos. 

Ximena Priego Navarro. 

Referencia: 

Rousseau, J. (1762) “Emilio o de la educación”. Albán y compañía. Madrid.


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