"La sociedad del cansancio": breves ideas de Byung-Chul Han sobre el mundo del Siglo XXI

por Rebeca Herrera

Desde hace algunas décadas, la eficiencia y la productividad han sido una preocupación constante en nuestra vida. La sociedad -y nosotros mismos- nos presionamos para rendir cada vez más y mejor en nuestros trabajos y actividades, a sentirnos incómodos cunaod descansamos, y en hacer que nuestra vida gire en torno al dinero que ganamos, o a qué tan rápido podemos hacer las cosas.

Byung-Chul Han que es filósofo tiene una teoría: esta presión excesiva nos está conduciendo a una sociedad del cansancio.

¿Pero, cansados de qué?

Pues de muchas cosas

Por ejemplo el multitasking, la capacidad de hacer muchas cosas a la vez, es una de las cualidades más valoradas en el Siglo XXI, sin embargo, Byung-Chul la considera como una regresión, algo propio de los primeros humanos que necesitaban estar atentos a su entorno mientras comían, y muchas cosas más.

Por otro lado, está el burnout, que tan solo es síntoma de una autoexigencia patológica, que nos lleva a también competir con otros, evitando a toda costa descansar para que no nos superen.

Nos hemos acostumbrado tanto a estar inmersos en la sensación de hacer algo en todo momento, que caemos en una terrible ansiedad cuando percibimos que estamos "demasiado" relajados, o que no hemos hecho suficiente (¿qué es suficiente?)

El mal que acecha a la sociedad moderna es que ya no nos permitimos parar a reflexionar, a desconectarnos del mundo digital, a finalmente aburrirnos. Queremos un rendimiento eterno en un mundo y una naturaleza finitas. Ya no desarrollamos filosofía ni arte, ni practicamos cultura, porque todas necesitan de una atención y concentración tranquilas, y no estamos dispuestos a dárselas.

Construimos un estilo de vida basado en la autoexplotación como medio para el éxito, y estamos finalmente agotados: agotados de ser rentables, agotados de no poder cansarnos. La buena noticia es que vivimos en una cárcel para la cual tenemos la llave. No tenemos (ni podemos) continuar viviendo en una sociedad que le exige a las personas ser infalibles, y nosotros podemos construir una sociedad en la que se trabaje, en la que se descubran e inventen cosas maravillosas, pero en donde siempre prevalezca como centro la dignidad de las personas.

Una realidad más vivible es posible. Observémonos, rindamonos al asombro. Hagamos las cosas diferente.

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