La procrastinación
Montserrat Villarino Ruiz
Zapatos al Aire SA. de CV.
Todos hemos estado en esa situación: tenemos una tarea que hacer, pero en lugar de ponernos manos a la obra, decidimos ver videos en redes sociales, jugar videojuegos o simplemente quedarnos acostados sin hacer nada. Ese hábito de posponer lo importante se llama procrastinación, y aunque a primera vista no parece algo tan malo, puede traer consecuencias serias en nuestra vida académica y personal. La procrastinación es el acto de retrasar o posponer actividades importantes, a menudo reemplazándolas por otras que nos resultan más agradables o fáciles (Steel, 2007). Aunque todos procrastinamos en algún momento, hacerlo con frecuencia puede afectar nuestro rendimiento escolar, nuestras relaciones personales y nuestra salud mental.
¿Por qué procrastinamos?
Hay muchas razones por las que procrastinamos. Algunas de las principales incluyen:
- Miedo al fracaso: Cuando creemos que no somos lo suficientemente buenos para hacer una tarea, evitamos enfrentarla.
- Falta de motivación: Si algo no nos interesa, es difícil encontrar energía para hacerlo.
- Mala gestión del tiempo: A veces no sabemos cómo organizar nuestras actividades y terminamos dejando todo para el último minuto.
- Distracciones constantes: El celular, las redes sociales y los videojuegos hacen que sea fácil perder el enfoque.
Según un estudio de Pychyl y Flett (2012), la procrastinación está relacionada con el estrés y la ansiedad, ya que cuando dejamos todo para última hora, nos sentimos presionados y sobrecargados.
Consecuencias de la procrastinación
Aunque procrastinar puede parecer inofensivo, sus efectos pueden ser negativos. Algunas de sus consecuencias son:
- Bajo rendimiento académico: Dejar los estudios para último momento suele llevar a malas calificaciones.
- Estrés y ansiedad: El remordimiento de no haber hecho las cosas a tiempo puede afectar nuestro bienestar emocional.
- Mala imagen personal: Si constantemente fallamos en cumplir con nuestras responsabilidades, los demás pueden vernos como poco confiables.
¿Cómo dejar de procrastinar?
Superar la procrastinación no es fácil, pero hay algunas estrategias que pueden ayudar:
- Organizar el tiempo: Usar una agenda o una aplicación para planificar nuestras tareas puede ayudarnos a mantenernos al día.
- Dividir las tareas grandes en partes pequeñas: Así no parecerán tan abrumadoras y será más fácil empezar.
- Eliminar distracciones: Apagar las notificaciones del teléfono o trabajar en un lugar tranquilo puede mejorar la concentración.
- Usar la "técnica Pomodoro": Consiste en trabajar durante 25 minutos sin interrupciones y luego tomar un descanso corto. Esto ayuda a mantener la motivación.
- Recompensarse: Si cumplimos nuestras metas, podemos darnos pequeñas recompensas como ver un episodio de nuestra serie favorita.
La procrastinación es un problema común entre los jóvenes, pero no es imposible de superar. Con organización, disciplina y buenos hábitos, es posible evitarla y mejorar nuestro rendimiento académico y bienestar personal. La clave está en dar el primer paso y empezar a actuar ahora en lugar de dejarlo para después.
Referencias
Pychyl, T. A., & Flett, G. L. (2012). Procrastination and Self-Regulation: A Neuropsychological Perspective. American Psychological Association.
Steel, P. (2007). The Nature of Procrastination: A Meta-Analytic and Theoretical Review of Quintessential Self-Regulatory Failure. Psychological Bulletin, 133(1), 65-94.
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