EL PODER DEL ARTE EN LA INFANCIA

 Jacqueline Olvera

EL PODER DEL

ARTE EN LA INFANCIA


¿Cuántas veces no hemos visto a niños con las manos manchadas de pintura o susurrando una historia increíble a un peluche? Nos hemos acostumbrado a ver esos garabatos en el refrigerador, a escucharlos cantar o ver sus “obras de teatro” improvisadas que no nos damos cuenta de que esos momentos no son solo un juego, sino la base fundamental de su desarrollo. 

Acompáñanos a descubrir por qué el arte debe ser tomado en serio. Veremos cómo esta necesidad humana alimenta las capacidades que un niño necesitará para toda su vida: desde su creatividad e imaginación, hasta su confianza y desarrollo integral.


El arte como base del desarrollo

El arte es un lenguaje universal, es una forma de comunicar lo que las palabras no pueden decir. Mediante él, los niños descubren el mundo y también se descubren a sí mismos; expresan emociones, pensamientos y sueños. Estas actividades estimulan la mente y el cuerpo, además de que fortalecen las bases de todos los aprendizajes. A su vez, los invita a ir más allá de su realidad, descubrir posibilidades y despertar su curiosidad. 


Creatividad e imaginación 

Bien sabemos que los niños tienen una gran imaginación. Ellos son creadores por naturaleza; inventan mundos, personajes, colores, juegos… La imaginación les permite ver lo invisible; la creatividad les permite hacerlo realidad. Ambas son esenciales no solo para el arte, sino para cualquier tipo de aprendizaje. Incluso Einstein consideraba que el don de la fantasía era más significativo que cualquier otro talento para adquirir conocimiento positivo. 


Confianza y autoestima 

El arte construye algo que es esencial para la vida de cualquier ser humano (que además se desarrolla en la infancia): La confianza en uno mismo. Cada vez que un niño inventa una melodía, termina un dibujo o crea una historia y comparte su trabajo, le ayuda a adquirir confianza en sí mismo y a desarrollar su personalidad, pues ellos se sienten escuchados, valorados y libres para experimentar. 

Así que, la próxima vez que veas a un niño concentrado jugando con plastilina, pintando criaturas inexistentes o relatando una historia, recuerda que no solo están jugando; están construyendo su mundo interior.

El arte es una necesidad básica igual de importante que leer o sumar. Alimenta al artista innato que tienen los niños dentro. Al hacerlo, estás asegurando que crezcan como individuos seguros, imaginativos y listos para transformar cualquier cosa que se propongan.





Referencias 

De Peña, L. G. M. T. (2011). El arte en la educación de la primera infancia: una necesidad impostergable. Educación: PUCP, 20(39), 23-36.

Associació de Mestres Rosa Sensat (2008). El arte y la infancia. Infancia en Europa. Volumen 14. https://www.rosasensat.org/magazines/infancia-europa-en-castella/14/ieur-cas_14.pdf


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