EL ARTE DE LA IMPERFECCIÓN WABI-SABI: APRENDER A VALORAR LA BELLEZA EN LO INCOMPLETO E IMPERFECTO

 Jacqueline Olvera

EL ARTE DE LA IMPERFECCIÓN WABI-SABI: APRENDER A VALORAR LA BELLEZA EN LO INCOMPLETO E IMPERFECTO

En la actualidad vivimos rodeados de ideales de que buscan la perfección: cuerpos completamente simétricos, una vida completamente feliz, amigos, familia y relaciones perfectas... En medio de esa exigencia que es imposible de alcanzar (porque lo perfecto no existe para el ser humano), el wabi-sabi, una filosofía y visión artística japonesa, propone algo muy distinto. Esto es, aceptar que nada es perfecto, nada está terminado y nada dura para siempre.

Más que un estilo artístico, el wabi-sabi es una forma de ver la vida. Esto es parte de la idea de que la perfección no existe en la naturaleza, pues la belleza auténtica suele encontrarse en lo incompleto, lo irregular y lo que cambia con el tiempo.

¿Qué significa realmente wabi-sabi?

Para quienes no sabemos japonés, el concepto une dos palabras que con los años, han ido transformando su sentido:

- Wabi hace referencia a la simplicidad, a lo rústico, a la tranquilidad que surge de aceptar lo que es tal como es. Una rama torcida de un árbol, un tigre con más franjas que otro… 

- Sabi se relaciona con el paso del tiempo; la belleza que aparece cuando algo envejece, se desgasta o muestra huellas de uso. Las canas, arrugas en la piel o callos en las manos por el arduo trabajo. 

Estas ideas nos invitan a valorar las marcas, las grietas y las irregularidades no como defectos, sino como señales de una historia, de la experiencia y de la vida misma.

Wabi-sabi en la vida cotidiana

Adoptar esta filosofía puede transformar la forma en que nos tratamos a nosotros mismos y cómo miramos nuestro entorno.

En primer lugar, reduce la autoexigencia. Si nada en la naturaleza es perfecto, ¿por qué nosotros tendríamos que serlo? El wabi-sabi nos libera de estándares imposibles y nos recuerda que cada “imperfección” en nuestro cuerpo o en nuestra vida, cada error, es parte de vivir.

También fortalece la resiliencia. Aceptar que siempre estamos aprendiendo y que nunca estamos “terminados” permite ver la imperfección como una oportunidad de crecimiento y no como un fracaso. Además, nos enseña a valorar el presente al comprender que todo pasa, nada es para siempre. Empezamos a prestar más atención a lo que tenemos hoy, a los pequeños detalles que normalmente pasamos por alto. 

En cuanto a la estética, el wabi-sabi cambia nuestra forma de ver la belleza. Una taza con grietas, un cuaderno usado, un jardín con hojas secas, cicatrices en el cuerpo, arrugas, ojeras, manchas… Todas esas cosas pueden resultar más valiosas que algo “perfecto”, porque son únicas y auténticas.

El wabi-sabi promueve una vida más simple y en armonía, ayudándonos a soltar lo innecesario y a conectar con lo natural, con lo cotidiano y con lo imperfecto. 



REFERENCIAS

Suzuki, N. (2020). Wabi Sabi para la vida cotidiana. Ediciones Obelisco.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El desarrollo del lóbulo frontal y su importancia

Cómo la agricultura regenerativa puede salvar el planeta

9 ideas para hacer en verano con tus hijos (guarda este blog para después)