PERDONAR: SOLTAR Y FLUIR

Fernanda Avila

PERDONAR: SOLTAR Y FLUIR

Las celebraciones de fin de año suelen estar cargadas de emociones intensas. La Navidad y el inicio de un nuevo ciclo invitan a la reflexión, al encuentro y, en muchos casos, al cierre de etapas. Sin embargo, también pueden despertar sentimientos de nostalgia, rencor o tristeza acumulada a lo largo del año. En este contexto, el perdón y la capacidad de soltar se convierten en procesos fundamentales para vivir con mayor paz y bienestar emocional.


Perdonar no implica olvidar ni justificar una ofensa, sino liberar la carga emocional que mantiene atada a la persona al dolor del pasado. Desde la psicología, el perdón se entiende como una decisión consciente de dejar de lado la venganza o el resentimiento hacia quien causó daño,reemplazándolos por comprensión y aceptación. Según Enright y Fitzgibbons (2000), perdonar es un acto que beneficia principalmente a quien lo otorga, ya que permite reducir la ansiedad, la ira y el estrés, mejorando así la salud mental y física.


En épocas navideñas, este proceso adquiere especial relevancia porque las reuniones familiares y los rituales sociales pueden traer a la memoria conflictos no resueltos o distancias emocionales. La convivencia durante estas fechas puede poner a prueba la tolerancia y la empatía, pero también brinda una oportunidad única para sanar vínculos y fortalecer la conexión con los demás. Perdonar no significa reconciliarse necesariamente, sino liberar el peso que impide avanzar.


Soltar, por su parte, es un acto de desapego emocional y mental. Soltar es aceptar que no todo está bajo control, que algunas relaciones, etapas o circunstancias deben cerrarse para permitir el crecimiento personal. Muchas veces el sufrimiento persiste no por lo que ocurre, sino por la resistencia a dejar ir lo que ya cumplió su ciclo. Desde la perspectiva de la psicología humanista, aprender a soltar es un ejercicio de libertad interior que permite al individuo centrarse en el presente y abrirse a nuevas experiencias con una actitud más consciente y compasiva.


Fluir es el resultado natural de haber perdonado y soltado. Es la capacidad de vivir el momento presente sin cargar con el peso del pasado ni la ansiedad del futuro. El psicólogo Mihály Csíkszentmihályi (1990) define el estado de flujo como una experiencia de atención plena y disfrute total en la que la persona se siente en equilibrio con sus emociones y acciones. Aunque su concepto se ha estudiado principalmente en el ámbito del rendimiento y la creatividad, también puede aplicarse a la vida cotidiana: fluir significa dejar que las cosas sucedan sin forzar, confiando en los procesos personales y en el aprendizaje que cada experiencia deja.


Durante las fiestas decembrinas y el inicio de un nuevo año, muchas personas realizan balances personales, establecen metas y formulan propósitos. No obstante, estas reflexiones carecen de profundidad si se hacen desde la carga del resentimiento o la culpa. Perdonar y soltar son pasos previos necesarios para iniciar un ciclo con claridad y serenidad emocional. Solo cuando el corazón se libera de las heridas del pasado puede abrirse verdaderamente a nuevas oportunidades y relaciones más sanas.


Desde una mirada psicológica, los actos simbólicos también pueden facilitar estos procesos. Escribir una carta de perdón, realizar un ritual de cierre o simplemente expresar gratitud por lo aprendido son estrategias que ayudan a dar significado a lo vivido. No se trata de negar el dolor, sino de transformarlo en aprendizaje y crecimiento. La práctica de la autocompasión, entendida como tratarse a uno mismo con la misma amabilidad que se ofrecería a un ser querido, también juega un papel clave en la reconciliación interna.


En conclusión, la Navidad y el Año Nuevo no solo representan una celebración social o familiar, sino un espacio de renovación emocional. Perdonar,soltar y fluir son procesos psicológicos que invitan a mirar hacia adentro, a liberar lo que duele y a recibir lo nuevo con apertura y serenidad. Al dejar ir el pasado y reconciliarnos con nuestras experiencias, encontramos la posibilidad de comenzar un nuevo ciclo con mayor conciencia, paz y gratitud hacia la vida.






Referencias


Csíkszentmihályi, M. (1990). Flow: The Psychology of Optimal Experience. Harper & Row.


Enright, R. D., & Fitzgibbons, R. P. (2000). Helping Clients Forgive: An Empirical Guide for Resolving Anger and Restoring Hope. American Psychological Association.

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