por Rebeca Herrera.
Con el cambio de año siempre llega la excusa perfecta para tomarnos un momento y reflexionar cómo ha sido nuestra vida a lo largo de los últimos 365 días; qué experiencias hemos gozado, qué lecciones aprendimos, qué comportamientos no queremos repetir en el futuro, a qué personas queremos tener cerca, y qué queremos priorizar más.
Sin embargo, en ocasiones es difícil pasar de las ideas a lo concreto para convertir estos anhelos en una realidad; por eso te recomiendo escribir todas las ideas que te vayan surgiendo para después hacer una limpieza de qué quiero vivir y cómo. Tenerla en un lugar visible es una gran manera de recordar cuáles son nuestros objetivos principales.
Es común que nos sintamos saturados por la cantidad de vivencias y deseos que albergamos dentro nuestro; y puede resultar demasiado tentador acabar con los típicos propósitos: comprarme algo, ser menos grosero con mis papás, bajar de peso, o dejar de lado una adicción. Por eso, te invito a leer la siguiente lista para empezar a descongelar el iceberg mental que evita que puedas planear tu futuro:
Tómala como una guía y con honestidad adecua los objetivos a ti para que sean lo más realizables posible. Ahí te van:
1. Redecorar tu casa u oficina. Ya sé que puede sonar algo tonto o tedioso, pero la verdad es que el cómo se ve el espacio en el que pasas la mayor parte de tu tiempo influye en tus niveles de estrés y sobreestimulación. Por eso, no dudes en depurar cosas, o en agregar un nuevo color a tu pared. Recuerda que hasta los cambios más simples hacen una diferencia

2. Escribe un blog, ¡sí, como lo estás leyendo ahora! Todos tenemos algo para compartir al mundo por medio de nuestras palabras, y un medio digital podría ser el formato ideal para que tú lo hagas. Elige la plataforma que más te guste (Substack, WordPress, Blogger), delimita un tema o estilo, ¡y comienza! Si tienes la espinita, no te la pienses más.
3. Esta ya te la sabes: inicia (o retoma) un diario de agradecimiento. No tiene que ser largo, y okay, tampoco tiene que ser diariamente, pero si quieres aumentar tu nivel de conciencia y satisfacción personal, asegúrate de sentarte a escribir un poco por lo menos una vez a la semana. Pronto notarás la diferencia.
4. Prueba nuevas recetas y platillos. ¡Permítele algo de novedad a tu paladar! Invita amigos y/o familia a cocinar algo nuevo contigo, o visita una tienda o local que te haya llamado la atención. No dudes en probar aquello que llame tu atención, podría terminar siendo uno de tus sazones preferidos.
5. Anota y modifica todas aquellas formas en las que identifiques que puedes ser más sostenible: ya sea mandar tus desechos orgánicos a una composta, o llevar los inorgánicos a un centro de reciclado, desconectar los aparatos o apagar las luces que no estás usando, comprar plantas para tu casa, reducir el uso de inteligencia artificial… ¡o lo que se te ocurra! Hay muchas maneras de cooperar para respirar aire más limpio y ver crecer nuestras áreas verdes.
6. Empieza un proyecto creativo: desde algo simple como hacer origami, o aprender a coser un botón y los hoyos de tu camisa, hasta un proyecto más ambicioso como escribir tu propio libro.
7. Haz algo por empezar a cuidar de tus finanzas. La recompensa del orden en ellas es muy palpable y significativa. Inicia un plan de ahorro para un peluche, una casa, un viaje, un libro, un auto, o hasta una colegiatura. Acércate con alguien de confianza que haya recorrido un poco de camino en esto y pide consejo. Una vez que aprendas a gestionar tu dinero, te será más fácil planear tu futuro con tranquilidad y disfrutar de tu presente. El dinero ya es un tema complicado, ¡ahórrate la presión innecesaria!

8. Ahora, haz algo por mejorar tu calidad de vida: ya sea implementar un día de comida sana a la semana, decidir salir a caminar 10 minutos al día o dejar de ver el celular 30 minutos antes de dormir, inscribirte a una nueva clase de ejercicio, o preparar la comida en tu casa en lugar de comprar frituras o comida procesada… todo suma para que te sientas fuerte y con energía.
9. Por último: participa más. Habla, ve, intenta. En la clase, el trabajo, o las relaciones familiares. Allí donde sabes que puedes aportar más y no lo estás haciendo. Porque lo que cuentas es valioso y merece ser escuchado. ¡Comparte más de ti!
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