4 pasos que puedes dar hoy para construir un mundo mejor (sin gastar $)
por Rebeca Herrera.
Como jóvenes, frecuentemente nos encontramos con que queremos crecer y hacer una diferencia en el mundo, pero no entendemos por dónde empezar ni qué estamos buscando realmente. Por eso, con la esperanza de que a alguien le resulte útil para encontrar su propio camino, me ha parecido buena idea compartir mi guía -a escala miniatura- de lo que he aprendido en los últimos años sobre construir un mundo mejor.
Involucrarse
El mundo es poco más que personas que hacen (pensar es parte de hacer) y no que postergan sus acciones deseando que la realidad fuera distinta.
Las causas sociales son un gran lugar para comenzar, y, hay suficiente trabajo que hacer. Algunas de las recientemente populares son migrantes y personas en situación de calle, pero la verdad es que la pobreza, y las personas en asilos y orfanatos tampoco han dejado de requerir ayuda. No importa en dónde decidas involucrarte o a qué escala, mientras elijas contribuir a un lugar en el que haces una diferencia especial.*
*Recuerda que esta diferencia va más allá de la comida, las cobijas, y los juguetes (que son bienvenidos porque recurrentemente hacen falta). Tu tiempo es tu recurso más preciado, y el contacto humano es indispensable para todos. Toda persona tiene la necesidad de ser vista y reconocida; y tú puedes marcar una diferencia perdurable al respecto en la vida de cualquier persona necesitada.
Educarse
Puede ser desde la escuela en la que quizá tengas el privilegio de estar, pero por favor no te conformes con eso. A menudo, el conocimiento que se institucionaliza no puede proveer la experiencia o la sabiduría necesarias para vivir una vida plena. Así que también lee y cultiva tus pasatiempos. Ninguno de los dos tiene que ser intelectual (aunque si te apetece, no dejes de hacerlo) o convencional; incluso puedes hacerlo en línea, con herramientas prestadas, o con ayuda de alguien que no es necesariamente un profesional. No importa por dónde empieces, si es algo pequeño, o si no lo haces en las condiciones perfectas, porque todo nos hace personas más humanas y más íntegras: ingrediente indispensable para construir un mundo mejor.
Hacerse consciente
Muchas de las grandes batallas en el plano personal se dan porque vivimos con una venda atada a los ojos, y entonces vamos dando tropezones porque nos da miedo deshacer el nudo y dejarnos deslumbrar -unos momentos- por la luz exterior (que en realidad, viene de dentro. Hacerse consciente es destapar el frasco que descifra la vida). Entonces, para evitar irnos golpeando las rodillas y pateando a otros por querernos ciegos, hazte consciente de tus hábitos, y modifica lo necesario para que cambien los que no te agradan. Ya sea tu diálogo interno, o tus respuestas automáticas ante otros… puedes comenzar tu viaje hacia dentro (introspección) escribiendo, y continuarlo yendo a psicoterapia (si no puedes pagarlo, existen algunos centros de atención gratis que valdría la pena revisar), o si los temas que por ahora te preocupan tienen más que ver con el ambiente, anota lo que puedes hacer por mejorarlo (por ejemplo: usar menos recursos del planeta decidiendo eliminar compras compulsivas e innecesarias, desconectando aquellos aparatos fijos que no están en uso, como las lámparas, o poner un temporizador mientras te bañas y salirte una vez haya sonado), y llévalo a cabo.
Las sugerencias anteriores quizá están en desorden. No hay un lugar particular por el que debas empezar para lograr una diferencia en el mundo (aunque sí te sugeriría hacerlo en orden ascendente o descendente), pero sí hay una decisión vital que debes tomar para poner a girar la máquina del cambio, y esa es:
Empezar
Nada de lo anterior, ni nada de lo que se podrá decir en largos discursos sobre el propósito de vida o la ayuda mutua cobra un sentido si no te decides a empezar. Con tus posibilidades actuales, y con la persona que eres hoy; no importa cuán insuficiente pueda parecerte, la realidad es una, y es que tú eres capaz de impulsar el cambio que anhelas. Asi que hazlo imperfectamente, empieza, y sólo entonces podrás ir perfeccionando el camino.
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