Está bien estar aburrido

Zapatos al Aire A. C. 

Montserrat Villarino Ruiz

El aburrimiento es un sentimiento común, todos en algún punto de nuestras vidas nos hemos sentido aburridos y sin nada que hacer. Aunque con las nuevas tecnologías y toda la cantidad inmensa de información que hay en internet es muy difícil aburrirse, nuestra generación es cada vez más intolerante a este sentimiento. Hoy en día, siempre tenemos algo a lo que recurrir para evitar el aburrimiento: ya sea las redes sociales, los videojuegos o simplemente navegar por internet sin un propósito específico. Sin embargo, es importante recordar que el aburrimiento no es algo negativo ni algo de lo que debamos escapar todo el tiempo. En realidad, puede ser beneficioso y hasta necesario.


Para empezar, el aburrimiento es una señal de que necesitamos un descanso o de que nuestra mente necesita un espacio para relajarse. Vivimos en un mundo lleno de estímulos constantes: notificaciones, mensajes, videos cortos, actualizaciones de las redes sociales, entre otros. Todo esto puede ser emocionante en el momento, pero también puede dejar nuestra mente agotada. El aburrimiento surge cuando nos alejamos de estos estímulos, y es justamente en ese momento cuando nuestra mente tiene la oportunidad de descansar y recuperar energía.


El problema principal radica en que, al estar tan acostumbrados a estar siempre estimulados, nos resulta cada vez más difícil tolerar el aburrimiento. Nos molesta sentir que no tenemos nada que hacer, o peor aún, que estamos perdiendo el tiempo. Sin embargo, esta sensación de "vacío" puede ser la clave para desarrollar nuevas habilidades, intereses y pasatiempos. A veces, es necesario dejar que nuestra mente divague sin un propósito claro. Es durante estos momentos que a menudo surgen las ideas más originales o que decidimos emprender algo que jamás habíamos considerado.


Es importante reconocer que el aburrimiento también es normal. En épocas pasadas, la gente pasaba mucho tiempo sin tener acceso a la cantidad de entretenimiento instantáneo que hoy tenemos, y eso no significaba que estuvieran menos felices o productivos. Simplemente, entendían el aburrimiento como una parte natural de la vida. Hoy, deberíamos aprender a verlo de la misma manera. Al darnos espacio para aburrirnos, estamos permitiendo que nuestra mente se recargue y se prepare para ser más creativa o productiva cuando realmente lo necesitemos.


Para lograr esto, es importante hacer un esfuerzo consciente por desconectarnos de las pantallas de vez en cuando. No tener algo que hacer durante un rato puede parecer incómodo, pero en realidad, ese espacio vacío es el que nos permite encontrar nuevas oportunidades para crecer y desarrollarnos. En lugar de ver el aburrimiento como un enemigo, deberíamos aprender a verlo como un amigo que nos invita a explorar nuevas formas de pensar y de ser. Al fin y al cabo, todos necesitamos tiempo para descansar y renovar nuestra energía, y el aburrimiento es una de las maneras más naturales de hacerlo.




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