Psicología: ¿cómo empezar a hablar de sexualidad con mi hija/o?
por Rebeca Herrera.
Sin duda alguna, iniciada la pubertad -o antes si eres muy previsor-, esta es una pregunta que viene a la mente de todos los padres. Sin embargo, al encontrarnos en un cambio de época, con tantas tradiciones, propuestas y opiniones, es difícil saber qué es lo mejor para el desarrollo de nuestros hijos. Por eso, hoy no quiero darte órdenes ni más preocupaciones, sino pautas simples que puedes valorar y decidir implementar ante estas conversaciones que pueden ser complicadas.
Y sí, digo “conversaciones” en plural porque algo que podemos observar con facilidad es que alguien que conoce y domina un tema determinado (por ejemplo, las matemáticas), no escuchó y estudió el tema en una sola ocasión y de ahí pudo empezar a resolver logaritmos y dar clases; sino que lo razonó, cuestionó, practicó e integró dentro suyo, y entonces pudo comenzar a aplicarlo. Lo mismo sucede con la sexualidad. Por eso mi primera recomendación sería: habla de sexualidad con tu hijo muchas veces.
¿Por qué?
Porque si te acercas con una actitud dispuesta, este será un tema importante en el que podrán hablarse con franqueza.
Porque pequeñas aproximaciones te permiten ir “tanteando el terreno” y “calar” lo que tu hija/o sabe sobre el tema, y su actitud frente al tema.
Porque posiblemente si buscas meter todo lo que quieres decir en un sólo discurso, después de un tiempo se te ocurrirá algo más que decir.
Y porque, si todavía estás a tiempo, puedes empezar a construir el tema con los pequeños hablando de las partes del cuerpo, de las diferencias sexuales, y de los límites. No todo tiene que ser sexo; el tema es amplio y puede ajustarse al nivel de cada uno de ellos.
Todo esto es importante para lograr un vínculo de confianza, en donde a partir de 1) tu respeto y 2) tu preocupación por el tema, que es fundamental para su etapa de desarrollo, tu hija/o pueda sentirse con la confianza de externar sus preguntas y experiencias. Experiencias que pueden ir desde un abuso sexual o adicción a la pornografía, hasta simples conversaciones con sus amiga/os. Aunque nosotros conocemos el amplio espectro de posibilidades, debemos tener cuidado con acercarnos a nuestros hijo/as con un prejuicio en mano sobre lo que hacen, ven, piensan o quieren. La aproximación más certera siempre será la interesada; tener claras nuestras ideas, pero atreverse a escuchar con genuina curiosidad lo que quiera compartirnos.*
*No olvides tener en cuenta que si a lo largo de tu crianza, tu hija/o no se ha sentido con la confianza de contarte su vida personal, es probable al tratar el tema de sexualidad tenga problemas para abrirse contigo, por lo que tendrás que ser aún más sensible y paciente, pero podrás lograrlo.
Puede ser que la incomodidad al hablarlo nunca desaparezca, pues a final de cuentas es un tema sumamente íntimo. Sin embargo, si a pesar de eso consigues tener una conversación honesta con tu hija/o sobre lo que te gustaría enseñarle, lo que te preocupa, y lo que él/ella tiene para compartirte, le habrás ayudado a cruzar un río de mucha corriente, que para muchos puede ser confuso y tormentoso. Una vez que lo hayas logrado, tu hija/o sabrá que puede contar contigo para dudas e inquietudes que tenga en el futuro; pues le mostraste tu apertura e interés ante un tema que, sin duda, seguirá presente en su vida.
Si todavía estás dudoso sobre si poner el tema sobre la mesa, recuerda que los niños no se quedarán sin información sobre la sexualidad, simplemente la recibirán (o incluso la buscarán) en otra fuente: sus amigos y compañeros de clase, el internet, su escuela, las películas, la pornografía. Por el bienestar de tu hijo/a, anímate a cumplir tu rol en su educación.
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